El Consulado del Mar tendrá consumo casi nulo tras la reforma

P.C.P.
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La obra comenzará en el primer semestre de 2023 con 18 meses de plazo.Se ha licitado por 2,165 millones de euros, 516.000 procedentes de los fondos europeos Next Generation

El emblemático edificio, coronado por el ancla símbolo del Real Consulado del Mar, en mitad del Espolón. - Foto: Alberto Rodrigo

La quinta reforma del Consulado del Mar en 40 años permitirá a este emblemático edificio del Paseo del Espolón tener un consumo energético casi nulo, mediante la mejora de su envolvente y la instalación de nuevos sistemas de climatización, ejecutadas de acuerdo al estándar Passivhaus Enerphi. Además, ganará un ascensor y una última planta diáfana. 

La obra se ha licitado por 2,165 millones de euros (IVA incluido), de los que 516.668 euros (el 23,86% del total) llegarán de la Unión Europea, vía fondos Next Generation. El resto lo pondrá la Diputación Provincial. Aunque la reforma se preveía haber iniciado este verano, no arrancará hasta entrado 2023, puesto que aún se encuentra en fase de licitación. Precisamente hoy concluye el plazo de presentación de ofertas. 

En el Consulado del Mar convive actualmente el personal de la Sociedad para el Desarrollo de Burgos (Sodebur) -en la primer planta-, cn la Institución Fernán González -segunda- y la Academia de Dibujo -tercera-. Aunque en el pliego no se detalla expresamente, la diputada responsable de Cultura, Raquel Contreras, ha confirmado en varias ocasiones a este periódico que el centro docente de enseñanza artística va a mantener su sede en este edificio del Espolón. Por contra, se ha decidido que la Fernán González busque otro emplazamiento, de tal modo que el inmueble se quede solamente para Sodebur y la Academia de Dibujo.

Ese movimiento permitirá ganar espacio y convertir el último piso en «un espacio flexible destinado a usos administrativos y culturales en la entrecubierta, devolviendo a esta su estructura de madera vista, creando una gran estancia diáfana, accesible y polivalente, entorno al núcleo de comunicación», especifica el proyecto.

El Consulado del Mar también mantendrá la sala de exposiciones, que se reformó en 2017 y que «cuenta con un gran número de visitas al año», que no se especifica, y una gran demanda de artistas y colectivos provinciales, a los que la Diputación cede el espacio de manera gratuita. No se tocará el vestíbulo de entrada, aunque sí se rediseñará el primer tramo de escaleras a fin de conservar la estética de la arquitectura original. Se demolerá la actual y los descansillos existentes a fin de liberar gran parte de la crujía central del edificio para la ubicación del ascensor.

La fachada principal, que da al Paseo del Espolón, ejecutada con caliza de Hontoria en estilo neoclásico, se va a someter a una limpieza general «en seco de la piedra mediante cepillado manual y con microproyección de partículas para la eliminación de la suciedad persistente», al tiempo que se procede a la recomposición de los elementos desprendidos o deformados en el frontón, las cornisas y los balcones. En ella se rotulará el nombre del edificio, Consulado del Mar, en bronce con letras sueltas pegadas.

Por otro lado, se va a cambiar toda la superficie de cubierta, se instalará un sistema de ventilación con recuperación de calor (Passivhaus) y otro de calefacción y refrigeración; y se renovarán fontanería y saneamientos.