La Catedral no dejará nunca de deparar sorpresas. Lo saben muy bien los miembros del Cabildo y también los historiadores del arte, que consideran la joya gótica un yacimiento inagotable. «Es un hallazgo permanente», sentencia uno de ellos, el catedrático de la UBU René Jesús Payo, que ha hecho, junto a la doctora en Historia del Arte Ana Diéguez, un descubrimiento de gran relevancia: el autor del bellísimo tríptico que ocupa uno de los espacios de la recoleta capilla de La Natividad es obra de Jan van Hemessen, uno de los más grandes pintores flamencos del siglo XVI, adscrito a la escuela manierista de Amberes.Es considerado uno de los fundadores de la pintura de género flamenca. Las pinacotecas más importantes exhiben obras suyas: el Museo del Prado, El cirujano o La extracción de la piedra de la locura; el Museo del Hermitage, San Jerónimo; el Metropolitan Museum de Nueva York, La vocación de SanMateo, entre otros.
«Es uno de los referentes de la pintura flamenca manierista. Uno de los más grandes. Es uno de aquellos artistas que viajó a Roma y se empapó del arte que allí se hacía. Es uno de los grandes romanistas flamencos de la escuela de Amberes.Las pinturas laterales del tríptico son muy características del expresionismo de esa escuela; y la del centro, es un calco de una obra de Sebastiano del Piombo que él vio en Roma y que es un Cristo con la cruz a cuestas. Es una hispanización de una obra flamenca.Un tríptico convertido en retablo», explica René Payo.
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