El Burgos volvió a tardar en carburar. Como ya sucedió en la jornada inaugural, fue de menos a más, pero la gran diferencia entre ambas actuaciones es que ayer enfrente estaba el Levante, uno de los principales candidatos a ascender. Razón suficiente para que en esta ocasión los pupilos de Jon Pérez Bolo se fueran con las manos vacías después de un partido que acabó 3-2 y en el que los blanquinegros acabaron avasallando a los granotas a pesar de que previamente estos habían tenido oportunidades suficientes para matar el partido. Pero esos errores ofensivos no resultaron tan trascendentes como los defensivos del Burgos, que concedió, regaló y permitió en exceso. Tanto que terminó lamentándolo.
Y esos fallos llegaron, sobre todo, por parte de los jugadores que formaron la línea defensiva. En especial por parte de un Grego Sierra que fue la única novedad en el esquema titular. Entró por David Goldar, pero no acabó el partido. Fue sustituido antes de la hora de juego después de un día para olvidar.
Y es que ya en los primeros segundos al Burgos se le aparecieron los fantasmas de la jornada inicial. El Levante no tardó ni 30 segundos en disfrutar de su primera ocasión, que derivó en un córner. Pero no hubo nada que lamentar, ya que en el minuto 4 Fer Niño protagonizó la primera amenaza blanquinegra con un remate de cabeza al segundo palo surgido de una jugada ensayada a balón parado. Sacó la pelota Femenías sobre la línea y a partir de entonces el Levante se creció.
Tanto que dispuso de un penalti en el minuto 10. Lozano recibió una patada de Grego Sierra dentro del área, el árbitro indicó la pena máxima, pero Cantero estrelló su disparo en el palo derecho. El Burgos había esquivado la primera bala y no iba a ser la única. Andrés García lo intentó en dos ocasiones desde fuera del área y el delantero, Bouldini, lo hizo de cabeza y en un balón dividido en el que Caro evitó el primer gol.
De esta manera, la pausa para la hidratación a la media hora de duelo favoreció al Burgos, que intentó cortar la dinámica acaparando la posesión. Sin embargo, la nula salida de balón propició más errores de bulto. Pero en el otro costado, Ruben Vezo tampoco estaba acertado y el Burgos lo aprovechó. Justo antes de que se cumplieran los primeros 45 minutos, Fer Niño robó la pelota al portugués y centró para que Edu Espiau pusiera un sorprendente 0-1 que, sin embargo, desapareció escasos segundos después.
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