El Burgos ha sumado un punto más en su carrera hacia el play off de ascenso, un empate logrado gracias a su solidez defensiva y al trabajo colectivo. El equipo de Julián Calero supo manejar sus tiempos del partido. Estuvo mejor en la primera parte y sufrió más en la segunda, cuando más apretó el Zaragoza. El partido estuvo marcado por el fuerte viento, que dificultó mucho el juego a ambos equipos.
Las ausencias de Elgezabal y Grego Sierra las afrontó Julián Calero con un cambio de sistema, con una línea de 4 en defensa y reforzando el centro del campo con la entrada de Miki Muñoz junto a Raúl Navarro y Atienza. A partir de ahí repitieron en el once los tres pequeños, Curro, Gaspar y Curro.
El Burgos salió ambicioso al césped y logró jugar muchos minutos en campo contrario gracias a su presión. Le costó al Real Zaragoza entrar en juego y de hecho Bermejo, en posición de delantero centro, tuvo las dos primeras aproximaciones a la portería de Cristian Álvarez.
La primera aproximación del Zaragoza tardó en llegar. Fue en el minuto 21 y Bebé, el hombre más atrevido en ataque, disparó y obligó a José Antonio Caro a intervenir. También probó al portero del Burgos Giuliano Simeone, aunque sin éxito.
Respondió el Burgos con la mejor acción ofensiva visitante, una acción combinativa con Curro, Gaspar y Areso que acabó con un disparo alto del propio Curro. El partido se abrió en esos últimos minutos de la primera parte y el Zaragoza dio un paso adelante, generando la mejor ocasión de todo el partido, con un excelente centro de Francho desde la banda derecha, superando a Matos, y un buen remate de Giuliano Simeone. Pero ahí apareció la figura de José Antonio Caro, que perfectamente colocado despejó el balón a córner.
El Burgos se apresuró a frenar el ímpetu de un Zaragoza que quería aprovechas estos minutos para desnivelar el marcador. Y el conjunto de Julián Calero supo hacerlo a través del balón. Pese al viento, la aparición en el centro del campo de futbolistas como Mumo, Curro, Gaspar o Bermejo le dan esa posesión necesaria para frenar el ritmo del nivel.
De hecho, los últimos minutos de este primer periodo se jugaron en el campo del Real Zaragoza, que veía imposible generar más peligro o acercarse ya a la portería de José Antonio Caro. Con el empate sin goles y, sobre todo, buenas sensaciones, se marcharon los jugadores a los vestuarios. Al Burgos se le dan bien las segundas partes y esperaba su oportunidad para superar a un Zaragoza cada vez más agobiado e incapaz de superar la defensa blanquinegra.
Un guion distinto. Pero el guion de la segunda mitad no salió como estaba previsto. Comenzó bien el Burgos con una contra de Areso que Bermejo acabó con un disparo alto. Sin embargo el Real Zaragoza enseguida cogió el mando del partido y comenzó a percutir a la defensa y a Caro. Esas posesiones de la primera parte desaparecieron y tocó ponerse el mono de trabajo. Calero comenzó a mover el banquillo y a meter piernas frescas sobre el terreno de juego, pero le faltaban piezas para insuflar oxígeno a ese centro del campo. Entraron Valcarce, Fran García y Mourad pero no cambió el desarrollo del juego. El Burgos comenzó a parapetarse dentro de su área mientras que el Zaragoza cada vez se acercaba más a la meta de Caro.
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