El Burgos CF sigue a lo suyo, sumando puntos gracias a su enorme trabajo defensivo, pero atascado en el área rival. Ya ha batido todos los récords de partidos imbatido y ahora va camino de hacer lo mismo de minutos acumulados sin marcar un gol. Esta carencia va camino de convertirse en una obsesión y hasta el propio entrenador reconoció que hubiese preferido empatar a un gol para acabar con estas dos estadísticas de una vez por todas.
Empatar contra el Levante no es un mal resultado. Un vistazo a la convocatoria de este recién descendido de Primera División sirve para darse cuenta del enorme potencial que tiene, con futbolistas de un enorme talento y calidad y con muchos goles en su trayectoria. Es un equipo muy dinámico, con muchos jugadores de ataque sobre el campo y bastante seguro en tareas defensivas. Y pese a ello el Burgos lo cerró muy bien, permitiéndoles pocas ocasiones claras de gol e incluso acabando el encuentro más cerca de la victoria que de la derrota.

Los minutos previos al encuentro ya enseñaron las primeras sorpresas, sobre todo en el once titular, con cambios significativos respecto al once que comenzó en Leganés hace ocho días. Julián Calero cambió el dibujo y varios de los protagonistas. Dio entrada en el once a Borja por Areso; a Juan Hernández por Gaspar y Raúl Navarro por Valcarce. De esta forma reforzó el centro del campo poniendo a Elgezabal por delante de la defensa y una línea de cuatro con Atienza y Navarro por el centro y Bermejo y Juan Hernández por las bandas, con Mourad como único punta de referencia.

Comenzó presionando muy arriba el Burgos la salida de balón del levante y esto generó las primeras aproximaciones al área levantina por parte de Juan Hernández y Álex Bermejo. Junto a ellos un inagotable Mourad, una pesadilla para los centrales rivales. El primer cuarto de hora fue de claro dominio burgalés, pero enseguida se lo sacudió el Levante, guiados por un magnífico Joni Montiel.

El encuentro entró en una fase de igualdad, aunque sin ocasiones claras de gol en ninguna de las áreas hasta que en el minuto 33 Borja rechaza un gran disparo de Saracchi que iba directo a puerta. Fue el primer remate con verdadero peligro del Levante que tuvo su segunda oportunidad con otro chut de De Frutos que despejó con agilidad José Antonio Caro.

Agonizaban los primeros 45 minutos cuando llegó la jugada desgraciada para el Burgos. Grego Sierra intentó despejar un balón ante Bouldini con la mala suerte de recibir un fuerte golpe en uno de sus pies. El defensa del Burgos recibió la tarjeta amarilla y, lo que es peor, se quedó lesionado, tendido sobre el césped de El Plantío, con una lesión en el dedo gordo de uno de sus pies que le impidió saltar al campo en la segunda mitad.

Entró Mumo y Elgezabal retrasó su posición hasta el centro de la defensa mientras que Atienza se colocó por delante de esa defensa de cuatro. No cambiaba el dibujo ni el guión del partido.

Fiel a su estilo el Burgos salió con mucha ambición en la reanudación, presionando muy arriba y acosando el área del Levante, con un Bermejo muy participativo y un Moruad peleón e incisivo frente a los centrales valencianos.

Sin embargo el Levante fue igualando el partido, cada vez más cómodo con el balón y obligando al Burgos a replegarse cada vez más cerca de su área.
Calero recurrió entonces a Pablo Valcarce...

(La crónica completa, las declaraciones y la última hora sobre la lesión de Grego Sierra, en la edición impresa o aquí)