La guerra se ha desatado en el Consejo Regional de Procuradores de Castilla y León, un conflicto que ha abierto una brecha en la junta directiva burgalesa, en la que ya han dimitido tres vocales de los pueblos. La tormenta se desencadenó la semana pasada, cuando la facción que perdió las elecciones al órgano autonómico impugnó el resultado por no estar de acuerdo con el escrutinio. Ayer mismo, el Consejo decidía desestimar esas pretensiones y confirmaba el resultado, que sitúa a Elías Gutiérrez, anterior decano en Burgos, como presidente.
Para entender exactamente lo que está ocurriendo hay que remontarse a las elecciones a decano en Burgos, que no llegaron a celebrarse. Se iban a enfrentar Elías Gutiérrez y Pilar Olalla, pero el primero, finalmente, se hizo a un lado después de haber estado ocho años ostentando el cargo. En una carta enviada en estos días a los procuradores burgaleses, Gutiérrez afirma que cuando dejó vía libre a Olalla, ésta le reiteró el compromiso que había adquirido con él anteriormente de apoyar su candidatura a los procesos autonómico y nacional.
La actual decana de Burgos, en declaraciones a este periódico, afirma que se sintió «presionada» y que en un momento dado le dijo a Gutiérrez que ella tenía que «ver el programa electoral». «Después, surgieron otros acontecimientos que me llevaron a tomar una decisión radical; tenía dudas, hablé con compañeros de la junta y decidimos que era mejor no votarle como presidente del Consejo Regional», indica. Pero Gutiérrez no sabía nada acerca de ese cambio de parecer.
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