Con el verano agonizando, los 'estupas' de la Policía Nacional iniciaron el enésimo intento de capturar a E.F., uno de los mayores narcotraficantes de la ciudad. Tras él llevaban más de una década con investigaciones que nunca llegaban a buen puerto. Pero esta vez, las vigilancias, las escuchas y demás diligencias practicadas dieron sus frutos. El pasado 17 de enero explotó la llamada Operación Cane Bianco, en la que no sólo consiguieron detenerle a él y a uno de sus compinches. Le sorprendieron en posesión de un gran cargamento de droga. En los diferentes registros encontraron 8 kilos de cocaína y 33 de hachís, así como 127.000 euros en efectivo. Asimismo, descubrieron un laboratorio clandestino donde adulteraba y 'cortaba' las sustancias.
Los 11 años que ha tardado la Policía Nacional en dar caza a este narcotraficante dan una muestra de lo escurridizo que era. Su contacto con la droga era mínimo. Eso sí, creían casi a ciencia cierta que E.F. era, probablemente, uno de los mayores narcotraficantes de la ciudad. Las pesquisas desarrolladas a lo largo de todo este tipo en fases discontinuas llevó al Grupo de Estupefacientes a concluir que este individuo había logrado una gran cartera de contactos. Pero también había tejido una buena red de blanqueo que incluía, presuntamente, propiedades en Colombia, relojes de lujo y coches de alta gama.
Pero la suerte esta vez se alió con los policías. Hace un par de semanas, una de esas interminables vigilancias al domicilio del ahora detenido dio sus frutos. Los agentes vieron entrar en el garaje de su domicilio una furgoneta. A los pocos minutos, le siguieron hasta otro punto de la ciudad, donde se produjo un intercambio de dinero. Fue entonces cuando decidieron explotar la operación bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 4 de Burgos. En ese primer registro encontraron varios kilos de cocaína y 127.000 euros en efectivo.
Además de la droga y el dinero incautados, la Policía Nacional intervino dos armas de fuego y una táser. - Foto: Miguel Ángel ValdivielsoLa autoridad judicial dio luz verde al registro de su domicilio, ubicado en la zona de El Plantío, así como varios trasteros. En total, se incautaron de 8 kilos de 'coca', 33 de hachís y numerosas sustancias de corte -fenacetina, acetona, lidocaína-. Y es que uno de estos inmuebles servía de almacén y laboratorio clandestino.
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