Larga vida al auxilio altruista

G.G.U. / Burgos
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Cruz Roja celebró ayer su más de siglo y medio en activo en Burgos, donde se fundó para socorrer a heridos de guerra. Hoy no hay metralla que curar, pero sí mucha vulnerabilidad

Los ganadores de los premios creados en honor a los principios que rigen la actividad en Cruz Roja posaron al final de la gala junto a quienes les habían entregado el galardón. - Foto: Alberto Rodrigo

Un ejemplo de solo 40 segundos le bastó a la voluntaria Tamara Gutiérrez para conseguir que la platea del auditorio del Fórum, casi llena, entendiera a qué se dedica Cruz Roja: si a las 03.00 horas de la madrugada la policía llamara a la puerta de casa para decirle que tiene menos de un minuto para evacuar, ¿qué cogería? Pues de todo aquello de primera necesidad que se ha olvidado, se encarga la entidad. Y en Burgos, desde hace 151 años. «No hay fin más noble que ayudar a proteger la vida y la salud y hacer valer la dignidad humana», dijo la presidenta de la junta provincial, Maribel de Blas, en la celebración de ese más de siglo y medio de actividad en la provincia ante representantes de toda la sociedad, ayer por la tarde.

El momento de Tamara Gutiérrez y el también voluntario Marco Aurelio Miguel, los dos con experiencias en Paiporta y en otras localidades afectadas por la dana, fue el más emocionante. Ella, miembro del Equipo de Respuesta Inmediata a Emergencias, afirmó que no había visto antes nada igual a lo que allí encontró y él, que se dedicó a limpiar barro y/o repartir alimentos, dijo que sí, que «un escenario de guerra; la tele no mostraba lo que en realidad veías».

Cruz Roja España ha convertido la respuesta a la dana en su prioridad número uno y ha elaborado un plan de intervención de tres años. Es una medida propia de una entidad que ha ido adaptándose a lo largo de su historia al contexto. En la provincia inició su andadura, en 1873, centrada en la atención de los heridos burgaleses en las guerras de Filipinas, Cuba o en los diversos conflictos de España en Marruecos. A partir de ahí, evolucionó a la actividad hospitalaria y, después, a lo que es hoy: una entidad social dedicada a socorrer a personas en vulnerabilidad. Solo en el 2024 trabajaron en Burgos con 10.757 personas. Y, como se repitió ayer decenas de veces, siempre con siete principios como guía: humanidad, unidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, universalidad y carácter voluntario.

Cada uno de estos valores creó, con motivo del aniversario, una categoría de premios en los que Cruz Roja Burgos reconoce la labor de quienes los encarnan y desempeñan, pero también la de quienes les ayudan a seguir haciéndolo. Así, el de 'Universalidad' fue para la Policía Nacional (lo recogió el comisario, Jesús Nogales); 'Independencia', para Ángel López-Para y Heimbach Ibérica (los socios más antiguos, de 1970 y 1971); 'Carácter voluntario', para la Plataforma de Voluntariado de Burgos (también de aniversario), 'Unidad', para la Marcha de Agés y Santovenia de Oca; 'Imparcialidad', para la empresa ATE Outsourcing y la Confederación de Asociaciones Empresariales; 'Neutralidad', para la dirección provincial de Educación y la orientadora del instituto Diego de Siloé Carmen Cuesta; y, por último, el de 'Humanidad', fue múltiple: para la Banda de Aranda y para los voluntarios Arturo Mambrilla, Ramón Portela, Jesús Adrián y Carmen Elena. Esta última se dirigió expresamente «a los jóvenes de Cruz Roja, que están muy bien preparados. Pero yo les quiero decir que, muchas veces, solo un abrazo y una sonrisa abren puertas».

La gala, que se celebró con el 150 aniversario ya rebasado, la condujo la presidenta de la Asociación de la Prensa, Rosalía Santaolalla, y mostró actuaciones de alumnos de Danza Contemporánea de la Escuela Profesional Ana Laguna, de los chelistas Asier y Lúa y, por último, del Orfeón Burgalés Infantil. La encargada de clausurar el festejo fue la alcaldesa, Cristina Ayala, quien comentó que «la palabra que define a Cruz Roja es 'arremangarse'». Y, así, confió en que sigan haciéndolo.