Muerte en un mar de interior

A.C. / Arija
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Un joven africano de 17 años, que se hundió en el agua del embalse de Arija por causas desconocidas, disfrutaba de su primer día en el cámping, donde se alojaba con compañeros y educadores del centro de menores de Loiu (Vizcaya)

Dos buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas poco antes de sumergirse en las aguas de la playa de Arija ante guardias civiles y la jueza del 1 de Villarcayo.

Un joven de 17 años de origen africano, que llegó a España como un menor no acompañado (mena), perdió ayer la vida en las aguas del embalse del Ebro, en la zona apta para el baño conocida como la playa de Arija junto al cámping. El suceso ocurrió poco después de las dos de la tarde, cuando el fallecido se hundió en el agua por causas desconocidas ante la impotencia de sus compañeros y educadores, que le acompañaban. Según los responsables del cámping, los jóvenes del Centro de Menores de Loiu, que depende de la Diputación Foral de Bizkaia, pasaban su primer día en las instalaciones.

Los primeros en acudir a Arija al rescate del menor fueron los bomberos del Ayuntamiento de Burgos, al carecer los voluntarios de los parques de la comarca de medios para trabajar en el agua. Junto con la Guardia Civil desarrollaron las primeras tareas de búsqueda por la tarde, pero con el método de apnea y nadando, al no haber llevado a Arija los trajes de buceo. Hubo que esperar a la llegada desde Valladolid de los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil para dar con el cuerpo.

A las 19.30 realizaron la primera inmersión ante la mirada de la titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Villarcayo y tras recibir la información de los bomberos de Burgos. El capitán de Medina de Pomar también supervisaba el dispositivo. Hacia las nueve de la noche los buceadores localizaron el cuerpo.

Fuentes de la Diputación vizcaína indicaron que «el joven fue a darse un chapuzón y poco después sus compañeros le echaron de menos». Algunos campistas afirmaron que sabía nadar y estaba acompañado, pero se hundió en las aguas sin que nadie pudiera hacer nada para salvarlo, ni siquiera un bañista que practicaba paddle surf y que se acercó rápidamente a socorrerle con su tabla.

Algunos sopesaron que sufriera una indisposición que le impidió mantenerse a flote y seguir nadando.

(Más información, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos)