La descarbonización industrial es una de las líneas estratégicas con la que cumplimos con la lucha contra el cambio climático y a la vez con la modernización del modelo productivo. Así defiende del Ministerio de Industria uno de los Perte de ayudas europeas «más importante» y más apegado a la realidad de la industria, al estar enfocado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Pese a ello, hasta la fecha ninguna compañía burgalesa ha sido beneficiaria de estas ayudas, que ascienden a 323 millones de euros, entre subvenciones y préstamos, repartidos entre 45 empresas tras las últimas resoluciones aprobadas.

La ausencia de compañías locales contrasta con los proyectos y mejoras que muchas industrias de la provincia enfrentan en la lucha contra el cambio climático y prueba las grandes dificultades que tienen para el acceso a los fondos europeos.

Hay industrias a las que les cuesta mucho alcanzar los requisitos de las convocatorias, otras a las que no les encajan las condiciones económicas que contemplan y algunas que esperan a nuevas líneas más favorables a su estrategia. «Todo ello enmarcado en un clima de gran incertidumbre que afecta al ámbito energético en la actualidad», señalan los expertos. 

El caso más llamativo es del fabricante Roca Group, que anunció a principios de año la instalación de un nuevo horno eléctrico en la planta de Cerámicas Gala para 2025, realización que vinculó a la concesión de las ayudas europeas. La electrificación del proceso de producción y la eliminación del gas natural como combustible de los enormes hornos de estas industrias reduce a la mitad de sus emisiones de efecto invernadero.

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