Los últimos de Filipinas en vía muerta por un choque de trenes. Tres tópicos que conjugan a la perfección para explicar la situación en la que se encuentra el proyecto de conversión en vía verde del trazado de la vieja línea de tren Santander-Mediterráneo entre las localidades de Cascajares de la Sierra y Hontoria del Pinar, el último de España que queda por transformar en camino natural hasta Sagunto, junto con un pequeño tramo en Teruel.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación espera con los fondos europeos en un cajón desde hace tres años a que los ayuntamientos afectados den el sí definitivo a sus condiciones y al proyecto que redactan los técnicos de Tragsa para la Diputación, presupuestado en 2018 en 3 millones de euros y con un plazo de ejecución estimado de 12 meses.
El nudo gordiano se encuentra en menos de 5 kilómetros de los 38 por los que discurre la ruta, concretamente entre los municipios de Salas de los Infantes yCastrillo de la Reina, el único tramo que conserva las traviesas de la línea de ferrocarril original. El Ayuntamiento salense, con el apoyo de la Asociación para la Recuperación del Patrimonio Ferroviario (Arpafer), aboga por mantener las vías para tratar de poner en marcha un tren turístico que puedan mezclar el mundo de los dinosaurios y el de los rodajes cinematográficos y atraer visitantes a la zona, heredero del Tren de cine que nunca fructificó. De este modo, la vía verde se desviaría por unos caminos prácticamente paralelos.
El Ayuntamiento de Castrillo de la Reina se oponía frontalmente, aunque tras la última reunión entre todos los implicados ha movido su posición para tratar de desbloquearlo. «Ahora estamos en una posición muchísimo más generosa que hace un mes, porque entonces la propuesta de Castrillo era levantar las vías y hacer la vía verde por donde corresponde», explica su alcalde,Galo Contreras. A cambio, reclaman «un compromiso mínimo por parte de esta asociación ferroviaria», en forma de colaboración a los gastos de mantenimiento o al pago del alquiler de los kilómetros. «Todavía no me han contestado», añade. «Ahora ya tenemos hechas unas rodadas para los tractores.Si tenemos que pagar por un camino que ya tenemos, mejor quedarnos como estamos», apostilla Contreras.
El diputado Ramiro Ibáñez está mediando para tratar de desbloquear la situación, si bien reconoce que se han llegado a plantear presentar el proyecto sin estos conflictivos 5 kilómetros, aunque reconoce que «el Ministerio lo que quiere es continuidad», por lo que apuran las opciones para llegar a un acuerdo que ahora sí parece posible. «Estamos a la espera de que nos envíen ese compromiso por escrito» los ayuntamientos implicados, ya que para terminar de complicar la situación, parte del terreno de ese tramo paralelo a las vías pertenece a Ledanías (donde están Salas, Castrillo y Hacinas). «Tienen que estar todos de acuerdo, porque son ellos los que van a pagar», recalca.
Ibáñez se ha empeñado en sacar adelante este tramo de la vía verde -«la idea me apasiona»-, convencido del gran potencial que tiene el ciclismo ‘fácil’ como motor turístico. Además de Salas yCastrillo, el proyecto atraviesa terrenos de Cascajares de la Sierra, Barbadillo del Mercado, La Revilla y Ahedo, Salas de los Infantes, Cabezón de la Sierra, La Gallega, Rabanera del Pinar y Hontoria del Pinar.
Ibáñez entiende las reticencias de los pueblos más pequeños, a los que se les exige pagar por el alquiler de las vías a Adif (100 euros por kilómetro), contratar un seguro de responsabilidad civil y asumir el mantenimiento. «Hay que ser conscientes de la mínima capacidad económica de algunos ayuntamientos», que ni siquiera tienen una cantina para rentabilizar la inversión. De ahí que la Diputación se plantee algún tipo de fórmula para ayudar al mantenimiento de las vías verdes a las poblaciones con menos presupuesto.
Firmas para tapar las vías. El Ayuntamiento de Hacinas va a promover una recogida de firmas en los municipios cuyos vecinos usan a diario el acceso a Salas de los Infantes por la vieja estación para que tapen las vías que cruzan la travesía de entrada a la villa, a lo que se opone el consistorio salense pese a que el terreno pertenece a Ledanías.
Su alcalde, José Ángel de Juan, ha presentado innumerables requerimientos ante la Demarcación de Carreteras debido a los enormes socavones y al deterioro del asfalto cada invierno. El último arreglo, "cuatro parches que son una vergüenza", ha colmado la paciencia de los pueblos afectados, entre los que cita a Carazo, Pinilla, La Gallega, Mamolar, Santo Domingo de Silos...