El expediente abierto a la empresa Urbaser por incumplimiento del contrato de recogida de residuos y limpieza viaria, motivado por el retraso en la llegada de algunos vehículos, está provocando fricciones internas dentro del Ayuntamiento, ya que ni el servicio de Medio Ambiente ni el área de Contratación del Ayuntamiento quieren asumir la responsabilidad de dar respuesta a las alegaciones presentadas por la compañía y fijar una cuantía definitiva a la penalización que se le quiere imponer.
El contexto de cómo se ha fraguado la apertura del expediente ayuda a entender cómo se ha llegado hasta esta situación. El pasado mandato, el Gobierno del PSOE y Cs concedió una prórroga a Urbaser para la entrega de vehículos (había problemas de suministro por parte del fabricante) y el PP y Vox, entonces en la oposición, fueron muy críticos con cómo se estaba prestando el servicio de recogida de residuos y limpieza viaria. Hasta el punto de que llegaron a defender que no temblara el pulso y se sancionara a la empresa si se estimaba oportuno.
Ya en esta legislatura con el PP y Vox en el poder, el Gobierno de coalición se vio en la necesidad de mantener la coherencia de su discurso. Y si bien aceptó conceder una nueva prórroga a Urbaser (en este caso de tres meses), la portavoz del Ejecutivo municipal aseguró que sería «la última», ya que un nuevo retraso vendría acompañado de penalizaciones. Esa demora se produjo.
Cerrada la posibilidad de ser comprensivos o generosos con la empresa, el servicio de Medio Ambiente redactó un informe en el que proponía a Urbaser una sanción de 3.001 euros por cada día en que se demorase la entrega de vehículos. Fuentes municipales detallan que desde el área de Contratación se dio audiencia a la empresa para que presentara alegaciones, pero en este servicio entienden que no es su responsabilidad contestarlas (admitirlas o no) y determinar una propuesta de sanción. En Medio Ambiente opinan lo contrario, aunque todo apunta a que terminarán comiéndose ese sapo.
Lo que se intuye, por las conversaciones privadas sobre este asunto, es que el Ayuntamiento no va a ser tan duro como en un principio había querido mostrar, ya que se empieza a mostrar más comprensivo con un retraso que la empresa imputa al fabricante (por la crisis de materiales). A lo que se suma que Urbaser asegura que está cumpliendo satisfactoriamente los trabajos que se le exigen por contrato y prueba de ello es que de ello dan fe los propios técnicos de Medio Ambiente.
Por otra parte, este año es importante, ya que corresponde realizar una actualización de precios del contrato y negociar y un nuevo convenio con el comité de empresa. Una penalización económica elevada podría utilizarse como munición para contener los salarios.