La regeneración de la sabana de Zael

F. TRESPADERNE
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Andrés Gómez abandonó su trabajo como ingeniero técnico para formarse en agricultura holística y ha comenzado a crear una granja con 25 vacas en las tierras de su abuelo materno

La regeneración de la sabana de Zael - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Por la sabana africana desfilan interminables rebaños de ñus, en busca de pastos frescos. Cientos de aves marchan con ellos, desparasitando su piel y alimentándose. Andrés Gómez sueña con imitar pronto esa simbiosis natural de las especies migrantes del Serengueti pero mucho más cerca, en las tierras de su abuelo materno, en Zael, desde donde quiere contribuir a su fertilidad y a la lucha contra el cambio climático con ayuda de las vacas, las mismas a las que muchos señalan precisamente como agentes dañinos para el medio ambiente.

«Siempre he querido ser ganadero pero me parecía imposible», confiesa este mirandés de 32 años, que a los 18 se trasladó a Pamplona a estudiar Ingeniería Técnica Agrícola. Para tratar de satisfacer su conciencia medioambiental, hizo después un máster de producción animal ecológica. Pero todavía no encajaban todas las piezas, así que tras un impás en un trabajo «convencional», se pidió una excedencia en 2016 y cursó otro posgrado, este en agricultura y ganadería ecológica. Fue entonces cuando dio con la tecla, la agricultura regenerativa, en la que el ganado es fundamental, como motor de regeneración de los suelos.

«Descubrí que es el futuro. No sé cómo se va a llamar, ni si será dentro de 5 años o de 50, pero el camino es este», afirma convencidoAndrés Gómez Cuadrado, que además de su trabajo ganadero asume una labor didáctica y divulgativa de un conjunto de herramientas y técnicas aún muy desconocidas.

(El reportaje completo y más fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)