Uno de los referentes patrimoniales y culturales de arte románico de la comarca, la ermita de San Fagún de Los Barrios de Bureba, contará con su propia ruta educativa. El alcalde del municipio, Daniel Fontes, pretende impulsar la construcción y dar a conocer las vicisitudes que ha atravesado a lo largo de la historia y los restos desenterrados en dos campañas de excavación adaptando la zona exterior con cartelería interpretativa y mobiliario para degustar un aperitivo.
Este proyecto será posible gracias al trabajo realizado bajo la responsabilidad técnica y científica de los arqueólogos Ángel L. Palomino y José E. Santamaría tras finalizar las actuaciones de campo y obtener nuevas conclusiones para compartir con el municipio.
El Ayuntamiento presentó el proyecto de la segunda fase de excavación a la convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos de excavación, prospección y documentación de patrimonio arqueológico y paleontológico que promueve la Diputación con el fin de conseguir financiación para fomentar su patrimonio cultural. Finalmente se ha beneficiado de 10.000 euros, la mitad del presupuesto total de la intervención planteada. En el caso contrario, no hubiera podido afrontar el coste.
Tras la presente campaña y según la información aportada por los expertos, las excavaciones han concluido y confirman que el templo románico «nunca llegó a construirse en su totalidad». Una vez levantado el ábside, este operó como centro de culto. «El proyecto constructivo contemplaba la lógica edificación de la nave, que nunca se cimentó, quedando abortada en el mismo momento de iniciarse, ya que sí se proyectó el muro sur, cuya construcción se reconoce con cierta dificultad entre los restos documentados», aclaran los arqueólogos. Por ahora, las circunstancias que motivaron ese cambio de planes resultan «difíciles de precisar», aunque cabe pensar que tuvo que ver un «problema de financiación» o que la decisión se tomó por «motivos políticos o religiosos». La investigación no está cerrada.
Lo que sí queda claro es que el cambio de planes no significó el abandono del lugar. «La existencia de una necrópolis cristiana de inhumación en el entorno de la ermita, sobre todo en el lado sur», así lo confirma. Han aparecido «tumbas de adultos, infantiles y neonatos, por lo general de fosa, que denotan un alto grado de destrucción, tanto en las proximidades del muro del ábside como en el espacio inmediato al muro de la nave proyectado y nunca construido». Estos enterramientos se encuentran «muy alterados por remociones sucesivas, reduciéndose en la mayor parte de los casos a osarios donde los huesos aparecen de forma inconexa», aclaran.
Asimismo, los trabajos arqueológicos permiten descartar «de forma tajante», manifiestan los expertos implicados en el proyecto, la «existencia de una ocupación anterior en este lugar, como anteriormente se había dado por supuesto, que se remontaría a época romana». En el área «no han aparecido restos de cultura material anteriores al momento medieval representado» por la construcción, «ni existen otras evidencias», tales como fosas, postes, depósitos o muros que corroboren esa hipótesis. El último paso, la colocación de la señalización informativa, se ejecutará en breve, y la ermita permanecerá cerrada a las visitas.