Los trabajadores y clientes que transitan día a día por alguna de las zonas industriales de la capital ribereña llevan años soportando el deterioro paulatino de aceras y calles. La asociación de empresarios FAE Asemar ha recopilado todas las quejas en un exhaustivo informe que habla por sí mismo y en el que se constata que una de cada cuatro calles de los dos polígonos industriales principales sufren incidencias graves que urgen a que el Ayuntamiento solucione, en muchas de ellas con una inversión que palie la falta de mantenimiento durante décadas.
Por antigüedad, el polígono Allendeduero es el más afectado, con nueve de sus 28 calles con problemas: las avenidas Montecillo, Extremadura y Portugal, menos el tramo de 800 metros en el que ya se ha intervenido, y las calles Oporto, Valladolid, Segovia, Santander, Cáceres y Extremadura. «Se encuentra actualmente en una situación preocupante debido a la falta de mantenimiento y atención por parte de la administración», resumen en el informe desde FAE Asemar.
Yendo a lo concreto, la patronal especifica la necesidad de actuar en las aceras «con un deterioro significativo, con numerosos tramos en mal estado que dificultan el tránsito peatonal y pueden representar un peligro». A eso unen que hay arquetas y desagües tapados por vegetación y otros residuos, «lo que incrementa el riesgo de inundaciones y otros problemas de drenaje». Para completar el cuadro, pone el foco en señales de tráfico e información «caídas o en mal estado» y farolas inclinadas «lo que representa un riesgo tanto por la posibilidad de caída como por la inadecuada iluminación que proporcionan».
Aunque su construcción comenzó en 2006, el polígono Prado Marina también presenta una larga lista de problemas. «Se encuentra en una situación de abandono y falta de mantenimiento y atención» que hace que el empresariado arandino pida «un plan de acción a futuro para que un polígono 'nuevo' y aún en fase de desarrollo no se deteriore aún más». De las 13 amplias calles en las que están estructuradas las parcelas, dos de ellas ya tienen graves desperfectos, en concreto la Premios Envero, una de las arterias principales, y la calle Tempranillo.
Los problemas más destacados en estas vías más transitadas de esta zona industrial se concentran en las aceras, que presentan «un deterioro significativo, con numerosos tramos en mal estado que dificultan el tránsito peatonal y pueden representar un peligro debido a la vegetación que crece en las mismas», porque la falta de mantenimiento ha hecho que, en muchos tramos, haya grandes matas de arbustos silvestres que han crecido reventando las aceras. A eso se suma la maleza que crece sin control en las parcelas sin urbanizar que «no ha sido desbrozada en tiempo y forma» y que llega a superar «en algunos tramos los 1,50 metros de altura». Esta reclamación tuvo respuesta antes de la celebración Sonorama Ribera, con una labor de desbroce de parte de las zonas industriales, pero sigue siendo insuficiente en opinión de los empresarios.
El informe de FAE Asemar concluye pidiendo un plan de acción para mejorar el estado de los polígonos industriales. Como primera medida, exigen reparaciones urgentes en las aceras y las arquetas para asegurar un correcto drenaje. Además de solicitar que se destine «una dotación presupuestaria mínima anual de 250.000 euros para el mantenimiento de cada uno de los polígonos», también requieren que se reparen las señales, se aseguren las farolas y se desarrolle un plan específico de prevención de incendios para mantener controlada la vegetación en estas zonas.