Atrás quedan diez años de incertidumbre, de dudas y de oportunas prórrogas para volver al punto inicial. La derogación de la llamada 'Ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbana, y sobre sostenibilidad, coordinación y simplificación en materia de urbanismo' que impulsó la Junta de Castilla y León en el año 2014 libera de presión a los ocho sectores de la ciudad que corrieron el riesgo de convertirse en rústicos durante este tiempo y en los que se prevé la construcción de entre 2.943 y 4.080 viviendas.
Se trata de grandes parcelas urbanizables situadas en diferentes puntos que con el paso de los años aún no se han desarrollado y que aguardan su momento en un contexto complejo como el actual. Las ambiciosas previsiones de expansión diseñadas para la ciudad y las condiciones del mercado no son las mismas que hace dos décadas y cada bolsa de suelo disponible lidia con sus características particulares antes de dar un paso adelante.
A lo largo de la década solo han avanzado dos de los sectores. Es el caso del S-16, situado entre el cerro de San Isidro, Hipercor y el camino de Valdechoque, de alto valor estratégico, considerado fundamental para impulsar la futura ronda interior sur de la capital. Por este motivo, el Ayuntamiento dio luz verde al final del anterior mandato a la redacción del plan parcial. Con ello, evitó una posible desclasificación del suelo que habría condenado al sector a un largo e inconveniente barbecho urbanístico.
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