El polifacético artista Cristino Díez ha cumplido su palabra y ha sido muy breve en su pregón, en el que ha incitado a los burgaleses a dejarse llevar por Don Carnal: "Sed felices, porque el Carnaval es un momento irrepetible y la vida se pasa en segundos. Disfrutad y bebed todo lo que podáis". Ha aparecido en el balcón del Ayuntamiento con unos minutos de retraso con respecto al horario previsto y lo ha hecho ataviado como el revolucionario y anarquista Leon Trotski; algo en lo que se ha regocijado, afirmando que "vengo de Trotski a un Ayuntamiento en el que mandan el PP y Vox. Y, mientras, Alfonso Guerra en la Diputación". De esta manera aludía al veterano socialista, que estaba dando una conferencia sobre Machado, invitado por la Fernán González.

En la plaza, escuchando a Díez, menos gente que otros años y disfrazados, muy pocos. La excepción, de hecho. La borrasca Karlotta no ha dado tregua y la lluvia apenas ha dado unos minutos de respiro a los asistentes que, aún así, han jaleado al artista. Sobre todo, cuando ha recordado la implicación de personas como el fallecido Román García "uno de los grandísimos pintores de Burgos" para que el Carnaval de Burgos sea una realidad. En este listado ha incluido también a las peñas, a quienes fueran propietarios de bares como el Espejos o la Arandina y a agrupaciones de danzas como la Diego Porcelos, que recuperan a personas típicos del Carnaval tradicional.

Sobre la fiesta, el artista ha destacado que "es una de las cosas más importantes de la ciudad, porque es del pueblo. Y, sobre todo, es de los niños y de la creatividad. Podéis hacer y ser lo que queráis, antes de que llegue La Cuaresma". En este sentido, ha recordado que "hay que defender la imaginación y la cultura".

A continuación, la alcaldesa, Cristina Ayala, ha lanzado el chupinazo sin incidentes y ha dado por inauguradas las fiestas, que terminarán el martes, con el entierro de la sardina.

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