Estudiantes y profesores salieron ayer a las calles de todo el país con el objetivo de echarle un pulso al Gobierno, al llevar a cabo una huelga general en todo el sistema educativo, originada en protesta por el recorte presupuestario en materia de Educación, cifrado en torno al 20 por ciento, y el Real Decreto Ley de Medidas Urgentes para racionalizar el gasto educativo, que persigue un ahorro de 3.000 millones más, con medidas como incrementar la ratio de alumnos por aula o ampliar la horquilla de subida de tasas universitarias que pueden aplicar las autonomías.
Como en todos estos actos, las cifras de asistencia variaron dependiendo de sus procedencia.
Los sindicatos cifraron en un 80 por ciento el seguimiento por parte del profesorado en todas las comunidades autónomas -excepto Baleares, País Vasco y La Rioja, que no la secuendaron-. El Ministerio de Educación, en cambio, rebajó el número de seguimiento al 22,7 por ciento del personal laboral y funcionario en los centros docentes de la administración. La jornada se saldó con cinco detenidos en Cataluña, otros dos en Madrid y el desalojo de alrededor de 70 personas en Baleares.
Los representantes de los principales sindicatos de la Educación Pública, FE-CCOO FETE-UGT, STES-i, CSIF y ANPE, precisaron en una rueda de prensa en Madrid que el respaldo a esta convocatoria de huelga del profesorado ascendió a un 90-95 por ciento en la Universidad y en un 75 por ciento en el resto (Infantil, Primaria y Secundaria).
«Estamos muy satisfechos por el apoyo que ha tenido la jornada. Lo consideramos un éxito rotundo», afirmó el secretario general de FE-CCOO, José Campos, que destacó el respaldo «espectacular» del colectivo de profesores de Aragón, Asturias y Murcia frente al de Canarias, Galicia, Ceuta y Melilla, donde el resultado de participación fue menor.
Según los representantes de las centrales, el seguimiento por comunidades autónomas fue el siguiente: Andalucía, 62 por ciento en enseñanza no universitaria y 95 en universitaria; Aragón, 73,5 y 65, respectivamente; Asturias, 80 y 20 por ciento; Canarias, 25 y 75 por ciento; Cantabria, 75 y 60; Castilla-La Mancha, 65 y 70 por ciento; Castilla y León, 65 y 30 por ciento ; Cataluña, 70 y 50 por ciento; Ceuta, 50 y 80 por ciento ; Extremadura, 70 y 55 por ciento; Galicia, 25 y 90 por ciento ; Madrid, 65 y 75 por ciento ; Melilla, 50 y 80; Murcia, 75 y 98; Navarra, 70 y 30 y Valenciana, 65 y 85 por ciento.
Las cifras, sin embargo, no cuadran con las que ofreció el Ministerio, que estimó el seguimiento en un 22,7 por ciento del personal laboral y funcionario en los centros docentes de la administración educativa, según los datos facilitados por las diferentes regiones. De esta forma, elevó en algo más de tres puntos la estimación inicial de seguimiento del 19,4 por ciento.
El departamento dirigido por José Ignacio Wert señaló que el seguimiento de esta huelga es «desigual», porque es «inapreciable» en comunidades como Canarias, Galicia o La Rioja, donde la respuesta se calcula por debajo del cuatro por ciento; y «más acusado» en Aragón, Asturias o Navarra, donde se alcanza un respaldo del 40 por ciento.
SIN APENAS INCIDENTES. Pese a que durante la jornada, no hubo apenas incidentes, cinco personas resultaron detenidas en Cataluña. Tres de ellos, en Barcelona por poner silicona en una cerradura y otros dos en Cornellà por dañar la puerta de un colegio, según informó la Policía catalana.
Por otra parte, estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) bloquearon durante más de dos horas los principales accesos al campus de Bellaterra, donde instalaron piquetes informativos en rechazo a los recortes en Educación.
Un centenar de manifestantes también cortaron a primera hora de la mañana y durante 20 minutos la AP-7 y la B-30 en los dos sentidos de la marcha, provocando hasta seis kilómetros de retenciones, mientras que los trenes de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) no pararon en la estación del campus.
En este contexto, miles de familias, profesores y estudiantes de todas las etapas de la Educación catalana -25.000 personas según la Guardia Urbana y 150.000 según la organización- se manifestaron durante casi dos horas por el centro de Barcelona.
En Madrid también se produjeron arrestos como los efectuados a dos jóvenes, acusados de desórdenes públicos, cuando intentaban en Somosaguas obstaculizar con contenedores una de las entradas de vehículos a la Complutense.