Quienes circulan a diario por la Nacional 122, a su paso por la Ribera del Duero, denuncian que en determinados puntos "hay un riesgo terrible". Por ejemplo, en el cruce de Fuentecén en dirección hacia Hoyales de Roa. Bartolomé Calleja, vecino del segundo municipio, critica que para ir a su pueblo los conductores tienen que detenerse en mitad de la carretera, que soporta un tráfico de camiones "impresionante", y esperar a que no venga nadie de frente para poder girar. La maniobra se las trae. Se complica aún más teniendo en cuenta que los vehículos que circulan en sentido Valladolid se aproximan a esta intersección en bajada, por lo que la velocidad suele ser mayor. Ante estas circunstancias, algunos conductores 'aprovechan' que hay un camino agrícola para desviarse "un poco a la derecha y luego ya cruzar los dos carriles". Calleja no duda en calificar este punto de la infraestructura como "tercermundista" y, de hecho, recuerda que en este cruce se han registrado dos muertes y varios accidentes con heridos.
Otro de los aspectos que le genera malestar tiene que ver con el hecho de que "no hay carriles de aceleración ni desaceleración en los pueblos de la Ribera del Duero burgalesa, mientras que en Valladolid sí que tienen", asegura.
A su juicio, estos carriles, que permiten al conductor adaptar la velocidad de manera progresiva a la de la vía a la que se incorpora, minimizarían los riesgos en la fatídica N-122. "De esa forma te incorporarías a 80 kilómetros por hora. Pero al no haber, partimos de cero y es muy arriesgado, remarca, mientras lamenta que "los que pagamos el pato somos los que vivimos aquí". Calleja se refiere a que los cruces para entrar en Haza o Fuentelisendo "son penosos", sin apenas espacio ni margen de maniobra.
"Autovía de una vez". Ante este panorama, este vecino de Hoyales de Roa, que durante casi tres décadas ha circulado casi a diario por la N-122 por motivos laborales, reclama que se construya la A-11 "de una vez". Defiende que "todas las semanas tendríamos que cortar la carretera un par de horas" tras 20 años de promesas incumplidas. "Es lamentable. No creo ni que vea la autovía", concluye desanimado y enfadado con los gobernantes.