Una de las incógnitas que rodearon desde el principio la muerte violenta del celador del HUBU de 50 años el 17 de junio de 2022 en la calle Vitoria era el móvil de la paliza. Los presuntos autores, V.E.A. y A.A.O., declararon ante la jueza hace unos días y dieron su versión de lo ocurrido momentos antes de la agresión que acabó con la vida de J.C.B. y dejó malherido a otro hombre cuyo paradero a día de hoy es desconocido. Según aseguraron estos dos chavales, fueron las dos víctimas quienes, minutos antes, les increparon y amenazaron. También insistieron en que su intención no fue en ningún momento la de matar a nadie y se mostraron arrepentidos por lo ocurrido.
Según el relato de los dos imputados por estos hechos, aquel día A.A.O. fue a buscar por la noche a V.E.A. a un bar de Fuentecillas en el que llevaba toda la tarde trabajando. Al terminar, se fueron de fiesta con otros amigos y bebieron varios chupitos y cervezas. Ya de madrugada se dirigieron hacia la discoteca Kaché, ubicada en la calle Vitoria a la altura de Hacienda. Unos 200 metros antes, en la antigua planta de El Corte Inglés, se cruzaron con las dos víctimas.
«Nos empezaron insultar y a amenazar desde la otra acera. Nos dijeron que cuando llegásemos a la Kaché nos iban a 'pinchar'», declararon. Tras un pequeño lapso de tiempo en el que no aclararon qué ocurrió, pues afirmaron que ambos se encontraban en estado de embriaguez, volvieron a cruzarse a la altura del número 37, donde, según su versión, volvieron a increparles. Fue entonces cuando les agredieron.
Tras la paliza, en la que perdió la vida J.C.B., de 50 años, y quedó inconsciente otro varón de 51, los dos chavales se fueron a la mencionada discoteca, donde pidieron consumiciones que posteriormente salían a tomárselas a la calle. Durante ese tiempo, apuntaron, estuvieron «nerviosos» porque pensaban que «en cualquier momento podían volver a aparecer» las dos víctimas. Así, señalaron que no tenían ni la más remota idea de las consecuencias de la agresión.
No fue hasta el día siguiente cuando leyeron en internet que un hombre había perdido la vida de manera violenta en la calle Vitoria. Sin embargo, indicaron que pensaban que la víctima era el testigo que sigue en paradero desconocido y no el celador del HUBU. Que cuando se enteraron no se lo podían creer. Días después, la Policía Nacional les detuvo.
Tanto V.E.A. como A.A.O. dejaron claro en todo momento que colaboraron con los agentes cuando les fueron a arrestar. Que incluso facilitaron las ropas que llevaban aquel día. Asimismo, a preguntas respondidas por a sus defensas y al Ministerio Fiscal (no quisieron contestar a la acusación particular), se manifestaron arrepentidos por lo ocurrido e insistieron en repetidas ocasiones que su intención nunca fue acabar con la vida de nadie.
Una vez conocida la versión de los dos imputados, las partes deben estudiar si quieren solicitar más pruebas antes de que la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Burgos dé por finalizadas las diligencias. No en vano, a primeros del mes de marzo ya cerró la investigación al dictar auto de continuación del procedimiento para que sea un jurado popular el juzgue la culpabilidad de V.E.A. y A.A.O. como presuntos autores de un delito de homicidio doloso, castigado en el Código Penal con penas de entre 10 y 15 años.
Si la jueza considera que no es necesario practicar más diligencias, volverá a dictar auto de procesamiento, que no tiene por qué estar sustentado en la misma calificación delictiva que la anterior vez que dio carpetazo a la instrucción de este asunto.