Si alguien llegó por casualidades del destino a la localidad ribereña de Baños de Valdearados y pensó encontrarse una tradicional fiesta de pueblo, se equivocaba de parte a parte. Si se aventuró por sus calles, debió de sufrir un choque histórico al verse rodeado de romanos de todas las edades y condiciones sociales, todos ellos esperando que llegase el invitado principal de estos festejos.
Antes de la aparición del dios Baco, bien acompañado por Ariadna y el sátiro Ampelo, los vecinos de Baños lucharon contra los elementos que intentaron evitar la primera jornada festiva, pero la tormenta del sábado solo logró retrasar el inicio de la I Baco Race, una carrera de una legua romana de distancia, y la ceremonia de entrega de premios. Eso sí, los puestos del mercado tuvieron que recoger sus productos para evitar que se estropeasen.
Los nervios fueron en aumento, esperando al invitado principal, que hacía su aparición en medio de su séquito de honor en la villa romana de Santa Cruz, donde, tras más de mil días desde el lamentable expolio de la escena del mosaico que recrea la vuelta del dios Baco victorioso de India, una reproducción muy leal al original completa este importante patrimonio histórico. En una larga procesión, con música y danzas, en la que participaron romanos de todas las edades, la comitiva hizo entrada entre vítores y aplausos en la plaza de la Fuente, donde una nutrida concurrencia aguardaba ansiosa las palabras de la deidad romana, que no defraudó a los cientos de pares de oídos de deleitarse con sus rimas y chascarrillos.
Baco no defraudó e hizo hasta saltar a toda la concurrencia para poder identificar si había algún ‘chorizo’ entre los presentes. Y es que la deidad del vino y los placeres se mostró muy crítica con la epidemia de corrupción que, a la vista del listado desgranado por el alter ego de Dioniso, está afectando a muchos personal y en muchos puntos de la geografía nacional. No se olvidó en su perorata de temas de actualidad, como los deseos de independencia de una parte de la antigua Hispania.
Pero no todo iban a ser críticas ácidas. La personificación de la deidad romana instó con sus palabras y sus gestos a los presentes a disfrutar de la fiesta y a rendir honores a los antiguos habitantes de esta tierra, que dejaron en ella huellas que van saliendo a la luz con toda su riqueza.
Los centenares de personas que se congregaron en Baños para recibir a este dios fiestero y bebedor del buen vino de Ribera del Duero vitorearon a Baco, Ariadna y Ampelo y se dispusieron a recorrer los puestos de artesanía, conocer cómo se hacen a la manera antigua elementos como los cacharros de barro, las piezas de hierro, los cestos y hasta las prendas de lana para afrontar el frío invierno de la meseta castellana. Eso sí, entre compra y compra, o tras ver una demostración de los artesanos, había que reponer fuerzas en las tabernas o con la comida, con espectáculo bacanal incluido.
Además, durante toda la jornada, los curiosos paseantes, romanos o actuales, se fueron topando con unas impactantes estatuas humanas o con los paneles que divulgaban los conocimientos de ingeniería que tenían los romanos, utilizados tanto para la guerra como para las necesidades de la población civil, dando obras de arte como el acueducto de Segovia o construcciones como teatros o villas.