Carlos Briones Llorente

Entre ciencias y letras

Carlos Briones Llorente


Un balcón privado sobre la Tierra

15/09/2024

Espero que hayan disfrutado del verano, estación que terminará cuando el próximo domingo se produzca el equinoccio de otoño. Durante estos meses las noticias (más o menos relevantes) nos han ido llegando desde dentro y fuera de nuestro país, pero también se han producido allá arriba, en el espacio. Voy a dedicar este primer artículo de la nueva temporada a comentar la más reciente. Así que, recordando el famoso tema Space Oddity, de David Bowie, tómense sus pastillas de proteínas y pónganse el casco… porque comienza el viaje.

Esta semana se ha desarrollado la misión espacial Polaris Dawn, que ha utilizado un cohete Falcon 9 y la cápsula Resilience (del modelo Crew Dragon) de la empresa SpaceX. Despegó el martes 10 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, con dos mujeres y dos hombres estadounidenses a bordo. Se trata de una misión totalmente privada y ninguno de los cuatro tripulantes es astronauta profesional. Uno de ellos, el multimillonario Jared Isaacman (comandante de la Resilience), es quien se ha hecho cargo del elevadísimo (y no revelado) coste de esta aventura. Le han acompañado Scott 'Kidd' Poteet (piloto), Anna Menon (especialista de misión y oficial médica) y Sarah Gillis (especialista de misión). 

Sus perfiles profesionales son variados: Isaacman es empresario (dueño, entre otras compañías, de la plataforma de pago Shift4 Payments) pero también piloto privado, y su amigo Poteet es un piloto retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) con gran experiencia. Por su parte, Menon es ingeniera biomédica y directora de misiones en SpaceX, mientras que Gillis es ingeniera aeroespacial y entrenadora de astronautas para las Crew Dragon. Antes que ellas, nunca había viajado al espacio ningún empleado de la empresa aeroespacial propiedad del siempre polémico Elon Musk. Por cierto, como Gillis también es violinista llevó su instrumento consigo e interpretó con fines benéficos la pieza Rey's Theme, una de las más conocidas de la banda sonora original de Star Wars, de John Williams.

A lo largo de esta misión se han batido varios récords, y el más importante es haberse convertido en la nave tripulada que ha orbitado la Tierra a mayor distancia. Así, el miércoles 11, en su 'apogeo' (el punto más alejado del centro de la órbita elíptica que describe) llegó a situarse a 1.408,1 km sobre la superficie de nuestro planeta. Esto supone haber llegado unas 3,5 veces 'más arriba' que la altura a la que orbita la Estación Espacial Internacional, y es el punto más alejado de la Tierra en el que han vivido los humanos desde la misión Apolo 17, en diciembre 1972. Menon y Gilis son, por tanto, las mujeres que más lejos han volado jamás. La Polaris Dawn describió seis órbitas similares y a continuación comenzó su transición a otras más bajas, preparándose para su siguiente hito. 

Este se produjo el jueves 12, cuando Isaacman y Gillis se turnaron, durante menos de 10 minutos cada uno, para asomarse al Universo desde su cápsula, a una altura comprendida entre 560 y 740 km. En ese peculiar 'paseo espacial' (el más elevado de la historia, y el primero privado) no se alejaron de la nave con su cordón umbilical ni usaron una mochila propulsora: la actividad extravehicular (EVA) consistió en sacar el torso fuera de la escotilla frontal y mantenerse agarrados a una estructura con forma de pasamanos a la que SpaceX ha llamado Skywalker (en un claro guiño al apellido más famoso de la saga Star Wars). 

«Desde aquí parece un mundo perfecto», dijo Isaacman al observar nuestro planeta bajo ese balcón privilegiado. Estaba sintiendo el 'efecto perspectiva' u overview effect que describen todos los astronautas tras vivir experiencias equivalentes. Mientras él y Gillis se asomaban al exterior Poteet y Menon permanecieron bien asegurados en sus asientos, pues todo el interior de la Resilience (que no tiene exclusa) se encontraba despresurizado y expuesto al vacío interplanetario. Los cuatro estaban probando unos sofisticados trajes espaciales, modificados a partir de versiones anteriores de SpaceX.

A lo largo de toda la misión se han realizado más de 30 experimentos científicos, y además distintos análisis de la salud de los cuatro viajeros, que continuarán tras su regreso. Es imprescindible estudiar el efecto de las altas dosis de radiación que han recibido, pues entre 600 y 1.000 km de altura comienzan los Cinturones de Van Allen, dos regiones de la magnetosfera terrestre en las que se concentran las partículas cargadas procedentes del Sol y capturadas por el campo magnético de nuestro planeta. 

Con todo, la exitosa misión Polaris Dawn que acaba de concluir ejemplifica la relevancia actual de la iniciativa privada en la exploración espacial, algo que ya es evidente para la NASA y otras agencias gubernamentales. Este asunto tiene sus luces y sus sombras, como comentaremos cuando tratemos sobre el turismo espacial. En cualquier caso, la vista de los estados y las compañías no está puesta en la órbita terrestre sino en la Luna, en Marte… y más allá.