Las labores de recogida de la uva en la DO Ribera del Duero van a buen ritmo y cogen velocidad de crucero para luchar contra el calor y la propagación del hongo de la botrytis, que provoca la pudrición de las uvas. Los viticultores y bodegas han pisado el acelerador en las últimas jornadas y se espera que esta semana concluyan los trabajos en la mayoría del territorio.
Las cifras facilitadas por el Consejo Regulador así lo apuntan. En dos días, se ha vendimiado una cuarta parte de toda la uva que ya ha entrado en bodega. Si el viernes se alcanzaban los 50 millones de kilos de uva recolectados desde que se abriese este periodo de vendimia el 29 de agosto, el dato del domingo ya rozaba los 66 millones, casi 16 millones de kilos de uva en sólo dos días.
El riesgo de que se extienda la infección por el hongo de la botrytis, que termina pudriendo las uvas y dejándolas inutilizables para elaborar vinos de la DO Ribera del Duero, está provocando que los viticultores se estén afanando en recoger las parcelas donde han detectado brotes. «Yo no he tenido, pero acabé de vendimiar hace una semana», apunta Eduardo Izquierdo, con la mayoría de las parcelas en Gumiel de Mercado. «El hongo quedó inoculado en septiembre con la humedad provocada por las lluvias y ahora con el calor prolifera en las ya infectadas», explica Izquierdo poniendo un ejemplo de andar por casa: «Si tienes una manzana que está empezando a pudrirse en un frutero, lo hace antes si hace calor que si la tienes en la nevera».
A pie de viña en una de sus parcelas de Fuentelcésped, José Manuel de las Heras reconoce que él ha detectado alguna viña afectada, pero que logró pararlo a tiempo. «Mucha gente trató las viñas cuando se registraron las lluvias, lo que ha servido para que no haya más», destaca el buen hacer en el campo de los viticultores, a la vez que añade que «con las noches frescas se consigue que no avance más el hongo», por lo que la conjunción de estas dos circunstancias ha rebajado mucho los efectos de esta plaga endémica en la Ribera del Duero.
De hecho, la infección por este hongo es muy desigual. En un mismo municipio, puede haber parcelas afectadas, sobre todo aquellas que tengan menor aireación y que guarden más la humedad por estar en zonas sombrías o vegas, y otras nada. «En la zona de Valladolid está mucho más afectado que aquí, en la parte de Burgos de la DO Ribera del Duero, y en la DO Arlanza también ha atacado mucho», apunta Daniel Maestre, que tienen viñas en Quintana del Pidio y en otros municipios de la comarca.
En el caso de los viñedos que se libraron de la infección por este hongo, el hecho de que se estén registrando unas temperaturas impropias para esta época del año juega a su favor porque, como recuerda Javier Arroyo, mientras vigila las labores de vendimia en Moradillo de Roa. «Con este calor, el hongo se seca y se para la propagación», asegura en relación a las cepas que se hayan librado, que son la gran mayoría.
Pero este calor también va a provocar que se aceleren los trabajo de recogida de la uva. «El calor hace que se suman los racimos y se sequen las uvas, hay que ir rápido para que no pierdan más peso», apunta De las Heras, pensando también en que a menos jugosidad de las uvas, más concentración de azúcar y más grado, lo que puede ser contraproducente para los futuros vinos. De ahí que, como las previsiones no hablan todavía de bajada de temperaturas, esta semana se verá una importante entrada de uva en las bodegas, de las que 21 ya han acabado la vendimia y 259 siguen abiertas, seis más que al final de la semana pasada.