El túnel proyectado en la calle Santander centrará el debate urbanístico en los próximos meses, pero -dejando a un lado el paso de Islas Baleares- no es la primera vez que la ciudad se plantea la construcción de una infraestructura de este estilo en el casco urbano. En la primera década del siglo se propusieron cuatro localizaciones diferentes del mapa para soterrar el tráfico y ninguna salió adelante.
Puede que el paso del tiempo haya nublado el recuerdo, pero hubo un momento en el que se puso sobre la mesa la opción de construir un túnel en el corazón de Gamonal. Fue en 2004. La idea era habilitar un segmento subterráneo de 337,5 metros de longitud, de los cuales 160 se construirían bajo tierra. El objetivo era conectar Derechos Humanos -entonces Eladio Perlado- con Casa La Vega y los nuevos sectores urbanísticos a un lado y otro del río Vena (G-3, G-2, Villímar, etc.) salvando el Pueblo Antiguo.
La complejidad del proyecto residía en la necesidad de derribar una decena de viviendas. La construcción del túnel figuraba en el programa electoral del PP de 2003 y pronto se encargó el estudio de viabilidad. El coste estimado para esta obra rondaba los 4,5 millones de euros (sin las expropiaciones) y esta alternativa se consideró la más idónea. El túnel tenía una boca en Derechos Humanos, entre las calles Alejandro Yagüe y Pablo Casals. Mientras, el otro extremo se situaba en el cruce de Casa La Vega con la calle San Antón.
La prolongación de Derechos Humanos ya estaba contemplada en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado de 1999. Ese documento preveía su construcción en superficie, eliminando gran parte de las casas del Pueblo Antiguo de Gamonal. También incluía el retranqueo del patio del colegio Rodríguez de Valcárcel.
Por ello, se pensó en el túnel. La construcción de la infraestructura era viable, pero no a corto plazo. El debate y los contactos con vecinos, colectivos y afectados se sucedieron en los meses posteriores, hasta que en abril de 2005 el Ayuntamiento desistió.
El Consejo de Barrio de Gamonal nunca llegó a posicionarse claramente sobre el proyecto en aquellos días, mientras los comerciantes de Zona G manifestaron que el paso partiría el barrio en dos y sería perjudicial para el tráfico.
Además, los propietarios de las viviendas que debían ser demolidas en Casa la Vega no iniciaron los trámites urbanísticos necesarios. Por ello, se asumió que el proyecto no era factible a medio plazo. Años después, la comisión de Patrimonio de la Junta rechazó en su informe final sobre el nuevo Plan General la prolongación de Derechos Humanos a través del Pueblo Antiguo.
Nunca más se volvió a hablar del túnel de Gamonal. Sin embargo, sí se sopesaron otras posibilidades. Una de ellas, muy cerca del paso previsto hoy, puso el objetivo en el paseo de Atapuerca.
Paseo Sierra de Atapuerca. Dado que el complejo de la Evolución Humana apostó por la peatonalización del espacio, el Ayuntamiento estudió en profundidad soterrar el tráfico a la altura del MEH. Incluso, la idea tuvo en cuenta la oportunidad de habilitar un acceso desde el túnel al gran párking subterráneo.
Sin embargo, el proyecto de Juan Navarro Baldeweg no contemplaba esta entrada y eso fue un problema. Además, el acceso al túnel arrancaría en la calle Valladolid y para garantizar una anchura suficiente habría que talar árboles en el Espoloncillo. El PP incluyó en los presupuestos de 2008 una partida de 800.000 euros para este proyecto, finalmente descartado.
Plaza del Rey. La misma suerte corrió en mayo 2010 el paso subterráneo previsto en la plaza del Rey. Ese punto fue durante décadas un nudo conflictivo para el tráfico urbano al absorber los flujos procedentes de las carreteras de Logroño y Santander, además de recibir en la entrada sur los vehículos procedentes de Madrid y Valladolid.
Los técnicos aconsejaron entonces soterrar la calle Vitoria y/o la avenida del Arlanzón para no cruzarse con las circulaciones en sentido norte-sur. La apertura de la circunvalación cambió el panorama y la reordenación de los flujos de tráfico invitaron a renunciar a esta inversión.
La Camposa-Cementerio. Por último, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el principal instrumento de planificación que tiene un Ayuntamiento para diseñar cómo será la ciudad del futuro, contempló hace más de una década (se aprobó en 2014) una inversión de 26,3 millones para la construcción de dos túneles en el entorno del Castillo (en la Camposa para unir la calle San Francisco con la carretera del Cementerio y bajo el cerro de San Miguel para conectar Corazas con la calle Felipe de Abajo). El revuelo inicial se calmó y hoy por hoy parece muy complicado que esta idea vuelva a ponerse sobre la mesa.