Las bodegas refuerzan sus plantillas para una vendimia tardía

I.M.L. / Aranda
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Las lluvias complican entrar en muchas parcelas de la Ribera del Duero que ya se podrían cosechar, mientras que en otras la uva está terminando su proceso de maduración

Los trabajos de vendimia no se generalizarán hasta finales de mes. - Foto: Alberto Rodrigo

Con un ojo puesto en el cielo y otro en el calendario, el sector del vino en la Ribera del Duero empieza a hacer sus planes para los trabajos de vendimia. Aunque algunos bodegueros y viticultores tenían en mente empezar a recoger esta semana las variedades de maduración más temprana, como el pinor noir o el albillo mayor, las sucesivas tormentas que han caído en distintos puntos del territorio de la denominación de origen han obligado a variar los planes. «Empezaremos muy pronto, en cuanto se estabilice el tiempo», apuntan desde Torremilanos, porque con el terreno húmedo y los racimos con agua no se puede vendimiar.

Este retraso en los planes de cosecha puede ayudar a completar la preparación de las bodegas para recibir la nueva añada. De hecho, muchas están buscando personal para reforzar sus plantillas. En el portal de Randstad se pueden encontrar hasta 50 ofertas de empleo para peón de bodega, con contratos que se alargarían hasta octubre para hacer labores de limpieza de barricas, recepción de la uva o embotellado, entre otras. Los puestos que se ofrecen en bodegas de Aranda, Roa, Fuentecén u Olmedillo de Roa son a jornada completa, de lunes a viernes, con turnos de entre ocho y nueve horas de mañana o tarde y el salario ronda los 11,15 euros por hora.

En el campo, los viticultores están vigilando muy de cerca la evolución de cada parcela, en aquellas en las que aún quedan racimos que recoger por haberse librado de los episodios de heladas, granizo y ahora tormentas que han afectado esta campaña a gran parte de la cosecha. Los informes que emite el Servicio de Viticultura y Enología del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero remarcan que «el viñedo está en diferentes estadios de maduración» pero no lo achacan sólo a las complicaciones meteorológicas sino que amplía el abanico de motivos a «las características de cada viña (edad, tipo de suelo, orientación, altitud, fenómenos meteorológicos...)».

Con los datos del primer índice de maduración de la uva que ha compartido la DO se confirma que la vendimia este año será más tarde que el año pasado, y una de las más tardías de los últimos 20 años, por lo que las labores de cosecha no se van a generalizar en los campos ribereños hasta bien avanzado este mes de septiembre.