La Diputación provincial cederá parte de la carretera de Arcos al Ayuntamiento de Burgos para que pase a ser de titularidad municipal. Detrás de este paso están las quejas de los vecinos de la zona sur sobre el mal estado del vial y sobre la tardanza en la atención a sus peticiones de reasfaltado de la calzada.
El diputado de Vías y Obras, José Antonio de los Mozos, confirmó esta decisión, que se realizará de manera gratuita y sin ninguna contraprestación. De este modo, pasará a ser municipal el tramo que va desde la glorieta del San Pedro y San Felices (bar Cernégula) hasta la antigua vaquería, de modo que cuando la cesión se haga efectiva el Ayuntamiento podrá proceder a su reparación o asfaltado. «Lo lógico es que este tramo urbano sea del Ayuntamiento de Burgos», indicó el diputado.
De los Mozos espera reunirse lo antes posible con el concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, para planificar los detalles para hacer efectiva la cesión, que posteriormente deberán firmar la alcaldesa, Cristina Ayala, y el presidente de la Diputación, Borja Suárez.
Las quejas vecinales por el mal estado del firme son constantes. A finales del año pasado residentes en el entorno denunciaron en este periódico el mal estado del vial con el firme hecho añicos, lo que redunda en un riesgo para los coches y autobuses urbanos que circulan por ella al quedar atascadas las ruedas en los baches. Además, es una carretera que toman muchas personas para desplazarse al polígono industrial de Villagonzalo Pedernales. La situación a día de hoy no ha mejorado en nada, sino que cada vez este tramo está más deteriorado. De vez en cuando se echa algo de gravilla, que se vuelve a levantar a los pocos días.
Los vecinos de esta zona no entendieron que se gastaran 700.000 euros en el arreglo del final de la calle, donde se construyó una isleta para permitir el giro del autobús, se acondicionó el aparcamiento y se arregló la acera en desnivel que hay junto a un edificio con tres portales de viviendas y varias lonjas. Y por contra dejaron el firme igual. «El tramo que confluye con la calle Hermano Rafael hasta el final del núcleo urbano se encuentra en un estado deplorable», indicó Miguel Sendino, representante del barrio en la Junta de Distrito Sur, al tiempo que reclaman una senda peatonal para garantizar la seguridad de los peatones y más iluminación en la zona.
La Diputación tiene previsto arreglar el tramo desde la vaquería hasta Villagonzalo Pedernales, mejorar las curvas y hacer dos carriles.