Son propiedad de organismos públicos, privados, religiosos o de particulares pero todos tienen un mismo denominador común: están abandonados desde hace años o a punto de quedarse sin actividad sin tener un plan de futuro claro. Los propietarios de alrededor de una veintena de edificios emblemáticos de la capital no encuentran compradores ni financiación para asumir en solitario la reconversión de grandes construcciones que antaño fueron sedes de instituciones públicas o de cajas de ahorro, colegios, hoteles, almacenes de trigo, viviendas, residencias de estudiantes, empresas o, incluso, estación de trenes. La crisis impide que prospere cualquier proyecto.
El Arzobispado, por ejemplo, tenía intención de que el espacio que ocupaba hace años Cáritas en la Facultad de Teología se convirtiera en sede del archivo que, actualmente, está en la casa de Eduardo Martínez del Campo donde hace años estuvo el Arzobispado. Pero no hay manera. Fuentes de la institución señalan que con la crisis no hay posibilidad de conseguir la financiación necesaria para hacer las obras y, por lo tanto, todo ese espacio de la Facultad seguirá vacío y a la espera. Lo mismo que le ocurrirá al antiguo colegio de Santa Cruz, ubicado junto a Correos y cuyo sótano alberga ahora a la Biblioteca Pública del Estado. Pero está previsto que antes del día del Pilar se traslade a la plaza San Juan y, entonces, ¿qué pasará con ese edificio? Nada. Fuentes del Arzobispado señalan que no hay ningún uso previsto.
Teniendo en cuenta que es un inmueble céntrico, en la avenida de Valladolid, de cuatro plantas y con una construcción aparentemente buena tras una remodelación reciente, a nadie se le escapa que hace uno o dos lustros hubiera sido objetivo de varios inversores. Lo mismo que el Hotel España, junto al Espolón, que tiene una ubicación inmejorable y que lleva varios meses cerrado. De momento, los propietarios (Cajacírculo) no han recibido ninguna oferta seria.
En estos casos, son inmuebles que o siguen teniendo un uso parcial o apenas llevan meses cerrados a cal y canto, pero hay otros que colgaron el cartel de ‘se vende’ hace años y todavía no han podido retirarlo -la residencia de las Adoratrices en el paseo del Empecinado o el edificio Campo en la Plaza Mayor- y otros que no llegaron a salir al mercado, pero para los que tampoco ha sido posible hacer cuadrar los proyectos con los presupuestos disponibles.
¿Qué ocurrirá con la antigua estación de trenes o con el Silo de Capiscol? En el primer caso, ya parece seguro que el Ayuntamiento conseguirá la propiedad en junio, pero no hay nada claro sobre su utilidad. La posibilidad de hacer un Museo de la Historia ya parece descartada y, aunque hay una partida de fondos europeos Urban comprometida, nadie se atreve a buscarle uso. En el caso del Silo, su futuro es aún más incierto. El depósito de cereales tiene una protección especial lo que imposibilita su derribo. Su titular es la Junta de Castilla y León aunque la idea es que pase a manos de la ciudad. Otra cosa será su destino después de hablar de un contenedor cultural e incluso un hotel. De momento, todo está paralizado, al igual que la reconversión del entorno en parques y zonas deportivas.
También está pendiente de que la Comandancia de la Guardia Civil devuelva la cesión al Consistorio de un edificio de San Cristóbal. Fue utilizado durante tres décadas como viviendas de agentes de la Benemérita y ahora, previsiblemente, saldrá a la venta.
Hay otros inmuebles, en cambio, que tienen un futuro decidido. Es, por ejemplo, la antigua Casa Joven de San Pedro y San Felices. Está fuera de ordenación y su demolición estaba prevista que fuera ligada a la construcción del tramo cercano del bulevar, aunque aún no tiene fecha para su desaparición.
Otro edificio emblemático y céntrico es el número 12 de la calle Vitoria, que quedó libre al trasladarse la Subdelegación del Gobierno al antiguo Banco de España. Los planes del Ejecutivo central son reubicar allí la Demarcación de Carreteras de Castilla yLeón Oriental, y que ahora está en un inmueble municipal en la avenida del Cid. La crisis retrasa la obra de remodelación pero una empresa estatal ya ha presentado al Ayuntamiento la documentación para la licencia de obras.
Ejército
Pero lo mismo podría decirse de la sede del antiguo Gobierno Civil de la calle Vitoria, de gran parte del cuartel de la calle Santa Bárbara, o de la parcela ubicada en la Barriada Militar que antiguamente albergó el Regimiento de Artillería de Campaña y otros usos y que ahora está tapiada y semicubierta por la maleza del jardín que nadie atiende.