Una terapia muy humana

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Alzheimer Burgos celebra su 30 aniversario dando atención a cientos de familias e incorporando servicios que mejoran la calidad de vida de los pacientes como la terapia canina con Raco, un precioso labrador

José Luis se lo pasa así de bien con Raco, que responde con tranquilidad a todos los estímulos que recibe. - Foto: Patricia

Raco es un labrador enorme de color chocolate que en noviembre cumplirá cuatro años y está siempre muy contento. No hay más que mirarlo. Desde que ha llegado al centro de día que Afabur tiene en la calle Loudun no para de mover el rabo (uno de los máximos indicadores de felicidad perruna), de lanzar lametones a diestro y siniestro y de dejarse acariciar y peinar por las manos temblorosas de los pacientes que allí pasan la mañana. Es, sin duda alguna, el gran protagonista del día. Profundamente disciplinado y respetuoso, se sienta de forma inmediata a una orden de  Covadonga Melchor, la terapeuta ocupacional y técnica de terapia con animales que un par de veces al mes acude tanto a este centro como al que la asociación de pacientes de alzhéimer tiene en la calle San Julián para trabajar con estas personas y ofrecerles estímulos que les puedan sacar del ensimismamiento propio de la enfermedad, captar su atención e intentar reactivar sus sentidos.

Y lo logra en buena medida. Con pasos lentos, cada uno de los pacientes se levanta y se acerca a la mesa en la que reposa Raco, cogen un cepillo y se lanzan a la tarea de peinarlo y sacar brillo a su pelo que parece un brownie recién horneado. Se trata de que presten atención a la tarea. Lo hacen con mimo, con mucho cuidado, como si el animal fuera un niño y él disfruta tanto que se le ponen los ojos en blanco del gustito que le da. A quién no le ocurriría lo mismo en su situación un jueves por la mañana. 

Hacemos, sobre todo, intervención cognitiva, incidiendo en la atención y la memoria con ejercicios psicomotrices. Lo que hace el animal es espolearles"
Covadonga Melchor, terapeuta

Una vez que está lustroso y ha hecho que sus compañeros de terapia se activen, les ofrece la segunda actividad. Es el momento de dejarse colocar unos carteles en el lomo en el que aparecen distintas palabras. Son clave para que los usuarios vayan identificando el año en el que estamos, el mes, el día y la estación. Hay una participación bastante activa y todos, con más o menos dificultad, alcanzan a decir que es aún verano, septiembre de 2024 para más señas. Aplausos para Raco, que ha vuelto a cumplir su trabajo con satisfacción aunque hoy está más alborotado de lo normal pues tiene le rodean más espectadores que cualquier día. 

Después de una pausa para refrescarse -tanto cepillado y tantas emociones le había dado sed- vuelve en forma al centro de la habitación y se deja colocar unas alforjas. Dentro de ellas hay letras de plástico. La misión, entonces, de los pacientes con alzhéimer, es abrir con sus manos los pequeños bolsillos y leer en voz alta la letra que encuentren allí. A partir de ese momento tendrán que decir nombres comunes con esa inicial. No fallan ni uno.

El balance de estas tres décadas de existencia de la asociación no puede ser mejor: hemos conseguido aquello con lo que soñamos, atender no solo al paciente sino a toda la familia"
Marielo Bellostas, presidenta de Afabur

La presidenta de la asociación, Marielo Bellostas, mira la escena muy emocionada. Sabe bien lo que ha costado llegar hasta este momento (...).

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