El adiós de Rafa Nadal, convertido en leyenda antes de su último golpe de raqueta, emplazado en Málaga, en el Palacio de los Deportes Jose María Martín Carpena, marca la fase final de la Copa Davis, el torneo por equipos más importante de cada temporada. Es el espectáculo de fin de curso del tenis, contenido en esta ocasión por la dimensión y la repercusión de uno de los mejores deportistas de su disciplina.
La cita supondrá un momento histórico. La magnitud del balear aplaca la trascendencia deportiva y el objetivo por el que durante seis días van a pujar los ocho equipos más destacados del año, lustrados por algunos de los atletas más reputados y sobresalientes de la temporada.
Está fuera de toda duda el idilio de Nadal con la Copa Davis. El mallorquín, una vez asumido su destino, eligió formar parte del considerado campeonato del mundo de tenis por selecciones. Ha logrado cinco de las seis 'Ensaladeras' que tiene España el ganador de veintidós Grand Slam, que llegó a la localidad de la Costa del Sol el pasado jueves y que desde entonces se ejercita en las instalaciones de la ciudad. Todo ello para encontrar el tono adecuado y ponerse a disposición del capitán David Ferrer.
Su papel es una incógnita aún. No compite desde que disputó los Juegos Olímpicos en París, en agosto pasado. Saltó a la pista después, en Riad, para la exhibición del Six Kings Slam. Sin exigencias en el marcador, sin objetivo en juego. «Si no me veo para el individual voy a ser el primero en no querer jugar», comentó recientemente.
España, pendiente de la contribución del balear al equipo, entra en acción hoy (17 horas / Movistar Plus+), frente a Países Bajos. El cuadro que capitanea David Ferrer cuenta con el plus de Carlos Alcaraz que acusa la exigencia de toda la temporada pero que asume el liderazgo y aspira a su primer éxito con la selección.
El murciano es uno de los dos referentes de las pistas en la actualidad y que ha confirmado el cambio de guardia. El otro es Jannik Sinner, recién coronado 'maestro' tras imponerse en las finales de la ATP, que liderará a Italia en la cita.
Por otro lado, Estados Unidos, el que más trofeos tiene con 32, aunque el último en el 2007, presenta a Taylor Fritz, el quinto del 'ranking', Tommy Paul, duodécimo o Ben Shelton, vigésimo primero, como bazas fiables para aspirar al éxito.
Alemania, por su parte, echará de menos a Alexander Zverev. El segundo jugador del mundo no fue incluido en la convocatoria de Michael Kohlmann. Es una de las ausencias destacadas del evento que no contará con los rusos, aún excluidos de los torneos, como Daniil Medvédev o Andrey Rublev, o por la no clasificación de sus respectivos equipos, como el serbio Novak Djokovic, el noruego Casper Ruud o el búlgaro Grigor Dimitrov.
En lo que a enfrentamientos respecta, mañana será el turno del cuadro germano, que se enfrentará a Canadá, finalista en tres de las últimas cuatro ediciones. aunque con éxito y título solo en la del 2022 cuando superó a Australia.
El jueves será el turno de Estados Unidos contra el equipo oceánico, finalista derrotado en el 2022 y 2023.
Y en la sesión vespertina, Italia, la gran favorita junto al conjunto norteamericano, se verá las caras con Argentina, capitaneada por Guillermo Coria, en un momento de «transición» tal y como reconoce su responsable y que cuenta con el titulo conseguido en el 2016.
El vencedor del choque entre España y Países Bajos se enfrentará al ganador del duelo de Alemania y Canadá, el viernes. Un día más tarde, se medirán los que se impongan en los enfrentamientos entre Estados Unidos y Australia frente el de Italia y Argentina.