Con el pitido final de Cuadra Fernández en San Sebastián, el peor local de LaLiga (cuatro puntos había conseguido la Real Sociedad en casa) acababa de ganar al mejor visitante (18 llevaba el Barça lejos de Montjuïc). Estaba claro que, al menos estadísticamente, no había sido «un partido más». Los donostiarras, en un duelo pleno de intensidad, habían destronado al bloque más intenso del campeonato. Y, polémicas al margen (aún colea el 'no-fuera de juego' de Lewandowski por el que no subió al marcador el 0-1), el Barcelona vio quebradas muchas rachas en el Reale Arena.
Ni un disparo
El 24 de septiembre de 2014, el equipo de Luis Enrique visitaba al Málaga de Javi Gracia. La temporada del triplete Copa-Liga-Champions acababa de empezar y, aprovechando la baja de Luis Suárez, los locales montaron una tela de araña que los azulgrana no supieron descifrar… y ni siquiera tiraron a puerta a pesar del mediocampo de lujo (Iniesta, Busquets, Rakitic), de la delantera que formaron Messi, Neymar y Pedro, o de las salidas de Sandro o Munir al terreno de juego. Kameni, portero del Málaga entonces, no tuvo que realizar ni una parada en el 0-0 final. Esa fue la última vez que el cuadro culé se había quedado sin disparar a portería en Liga: tras más de 10 años, 387 encuentros después, la Real Sociedad logró anular al mejor ataque de Europa. La única parada de Remiro llegó en una pelota que Aramburu desvió hacia su puerta tras un centro de Fermín López.
El Barcelona es el bloque que más chuta del torneo. Acumula 161 disparos (12,4 por partido) frente a los 153 del Betis o los 134 del Real Madrid. De todos ellos, antes de llegar a San Sebastián 90 (un 56 por ciento) habían ido entre los tres palos, exactamente 16 más que el Madrid y 24 más que el Betis tras la 13ª jornada… estadística a la que habría que añadir que los blaugrana son los que más veces han golpeado la madera (12) esta Liga, tres veces más que Athletic y cuatro más que el Villarreal.
Ni una diana
Fue el primer partido de la temporada en que la máquina ofensiva de Hansi Flick se quedó sin marcar. Incluso en las dos únicas derrotas del curso había hecho gol: uno ante el Mónaco en la Champions y dos ante Osasuna. Con el técnico alemán, el Barça había logrado al menos cinco goles en cinco ocasiones con 16 partidos disputados (con Xavi 'solo' lo consiguió cuatro veces en los 143 encuentros que dirigió).
Que se quedase a cero el máximo realizador continental es algo que nadie vio venir. A estas alturas de la 21/22, el cuadro catalán llevaba 21 goles; 36 al año siguiente; 32 el curso pasado… hasta el subidón de la presente campaña, en la que acumulaba 55 dianas en 16 encuentros (ya son 17 por 'culpa' de la Real). Nadie sigue el ritmo anotador azulgrana. En España, sus 40 dianas ligueras tienen por detrás a Real Madrid (25) y Villarreal (23). En la Liga de Campeones, los 15 que ha marcado aventajan en dos al Dortmund y en cuatro al Bayern de Múnich.
En el cómputo global, esos 3,24 goles por choque que ha logrado el Barcelona superan los 3,14 del conjunto bávaro (44 tantos en 14 partidos oficiales) y habría que llegar hasta el 2,4 del PSG (36 en 15) para encontrar el tercer escalón en las grandes Ligas. Contando otros campeonatos, solo el Sporting de Portugal haría sombra a los culés: lleva 11 victorias en 11 partidos de la Primeira Liga, es segundo en la Champions con tres victorias y un empate… y ha logrado 48 tantos en 15 citas (3,2 de promedio). El 'efecto Gyokeres', con 23 goles en 18 partidos, acerca a los verdiblancos a un Barça del que tira el mejor tridente en mucho tiempo: Lewandowski acumula 19 goles y dos asistencias en 17 duelos, Raphina suma 12 más ocho y Yamal, ausente en Anoeta, seis más ocho.
El frenazo en seco (irónicamente, a pesar de la incesante lluvia que cayó en San Sebastián), detuvo antes del parón de selecciones a la mejor máquina ofensiva del momento, la que llevaba siete partidos consecutivos marcando tres o más goles: Young Boys (5-0), Alavés (0-3), Sevilla (5-1), Bayern (4-1), Madrid (0-4), Espanyol (3-1) y Estrella Roja (2-5).