La pasada semana este periódico publicó una fotografía que me conmovió casi hasta las lágrimas. En el pie se podía leer: «Una excavadora retira algunos de los elementos que quedaron de la anterior adjudicataria», ¡de la obra del centro de salud del Silo! Era una máquina fabulosa, parecida a un tractor; contaba incluso con dos palas, una trasera y otra por el frente. Pero sobre todo era real, estaba allí al pie de ese edificio, que es ruina antes de estar acabado, dispuesta a reiniciar los trabajos después de ni se sabe los meses. Por primera vez desde que arrancó este asunto, la Junta ha cumplido y en junio se ha puesto todo en marcha como anunciaron. Se ha empezado por limpiar la basura anterior, colocar los carteles (imprescindibles, aunque a veces traicioneros) y las casetas de obra (que tal vez recuerden a las instaladas como consultas en el actual centro de salud). El caso es que por fin algo se mueve y en un año debería estar acabado el edificio, a falta de amueblarlo. Estaremos esperanzados, atentos y vigilantes.
En la misma onda, Raquel Sánchez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (menudo nombre largo), afirmó que la Alta Velocidad llegará a Burgos «en menos de un mes». Cosas parecidas han dicho anteriormente otros ministros de los que nadie recuerda ya el nombre pero, como estamos de buenas, pongamos que esta vez es cierto. El asunto tiene matices: de lo que habla Sánchez es de la llegada de un AVE, solo uno, concretamente el inaugural en el que viajaría el Rey de España. De hecho, la fecha, al parecer, está pendiente de la agenda del Jefe del Estado. Para los que no sean reyes, tocaría esperar a que Renfe decida horarios y precios, pero aunque se lo propusiesen eso no pueden demorarlo mucho.
Así que en una misma semana se han meneado más que en años dos asuntos sobre los que han corrido océanos inabarcables de tinta en, por ejemplo, este periódico. Vistos juntos, y de repente, parece como si las administraciones públicas fuesen el summum de la eficacia, pero no olvidarse de que deberíamos estar viajando a Madrid como rayos y siendo atendidos en un centro de salud decente hace años y está por ver que todo no sea una nueva bola. Pero, como estamos de buenas, vamos a pensar que esta vez es, precisamente, la buena. Eso sí, como prolonguen esta racha, habrá que ver de qué escribimos aquí. Es broma, seguro que no tardan en volver a las andadas. Salud y alegría.