Los delitos de atentado y desobediencia a policías nacionales, locales y guardias civiles se suceden. No hay semana en que los juzgados de lo penal de Burgos no celebren un juicio contra un ciudadano que ha insultado o agredido a un agente de la ley. El juzgado de lo penal 2 de Burgos acaba de condenar a 21 meses de cárcel a una mujer reincidente en este tipo de comportamientos que empujó y pegó a un funcionario de la Policía Nacional que había parado el coche que conducía su compañero sentimental en la calle María Amigo, en el barrio de Gamonal. La Audiencia provincial acaba de confirmar la resolución.
Los hechos ocurrieron el 16 de mayo de 2020. El vehículo en el que iba la ahora condenada se cruzó con una dotación de la Policía Nacional ya casi en la glorieta de Luis Braille. Los agentes les pararon y pidieron que se identificaran, tanto al conductor como a la acompañante. El primero se mostró colaborador, pero su novia no, les dijo que para ello necesitaban una orden judicial. El caso es que el varón que iba al volante no podía hacerlo, porque estaba privado del derecho de conducir vehículos a motor por una sentencia de enero de ese mismo año.
El nerviosismo de la mujer que iba en el asiento del copiloto fue en aumento. Al punto de que cuando los policías le solicitaron que les entregara su DNI ella se negó, insistiendo en que debían presentarle una orden firmada por un juez. Empezó a gritarles y, en un momento dado, empujó a uno de los funcionarios, para arremeter poco después contra el otro dando golpes con los brazos y lanzando patadas. Los agentes llamaron a otra patrulla para que les echaran una mano en el objetivo de poder controlar y detener a la mujer, ya que su conducta era muy agresiva y hostil.
Como consecuencia de su agresión, uno de los agentes sufrió contusiones leves y excoriaciones en las manos, mientras que el otro sufrió laceraciones y moratones en las piernas. Resulta que la mujer ya había sido condenada en 2017 por atentar contra agentes de la autoridad. De manera que en esta ocasión el juzgado le ha impuesto una pena más alta, de 21 meses de prisión, al aplicarle el agravante de reincidencia. También la ha considerado culpable de dos delitos leves de lesiones, por los que tendrá que pagar una multa de 180 euros. A los policías los tendrá que indemnizar con 100 euros.
La representación legal de la mujer presentó recurso ante la Audiencia por entender que los hechos solo eran constitutivos de un delito de resistencia, castigado con penas menores, porque se hallaba en estado de embriaguez. Sin embargo, la sección penal del tribunal provincial considera que la acusada «acometió a los agentes de la autoridad, debidamente uniformados, causándoles lesiones a los mismos y obligándoles a pedir refuerzos para poderla detener». Por este motivo, la Audiencia estima que su actitud «no fue una mera resistencia sino un acometimiento activo y persistente contra los policías».
Contra este fallo solo cabe recurso extraordinario ante el Supremo.