La apertura de procedimientos sancionadores, aunque ninguno de ellos ha culminado en una multa a los incumplidores, se ha convertido en una herramienta que está consiguiendo que algunos de los propietarios más remolones a la hora de entregar de la Inspección Técnica de Construcciones (ITC) cumplan con su obligación. El pasado mes de noviembre eran 116 los inmuebles los que, pese a que tenían que haber cumplido con este requisito en 2012 o 213, no se habían pasado aún con el certificado por la Concejalía de Licencias. Ahora, la cifra se ha reducido hasta los 91. Es decir, en los últimos cuatro meses ha habido 25 dueños que, ante la amenaza de que se les tocara el bolsillo, han hecho sus deberes.
La concejala de Licencias, Dolores Calleja, explica que el objetivo de estos requerimientos no es el de conseguir ingresos para las arcas municipales sino lograr que se rehabiliten los edificios más antiguos de la ciudad. Sobre el hecho de que ninguno de esos expedientes se haya traducido en multa, comenta que no hay una capital que haya castigado económicamente a un propietario que no la ha entregado. Lo que no quiere decir que no vaya a ocurrir ya que, según explica, no pueden interpretar que no pasa nada por no hacer los deberes. En lo que están, afirma, es en mantener reuniones con los dueños de los inmuebles para recordarles la obligación y en hacer un seguimiento de las ITC desfavorables para que hagan las obras que exige el documento.
El secretario técnico del Colegio de Aparejadores, Roberto del Amo, asegura que entre el colectivo al que representa existe el «sentir generalizado de que la gestión que se está haciendo es la adecuada».Destaca el seguimiento «exhaustivo de los incumplimientos», aunque «a los edificios más antiguos les está costando más» y destaca como único pero que, «a veces, se actúa con exceso de celo en el cumplimiento». Aunque esto también, añade, «luego repercute en la calidad».
El presidente del Colegio de Arquitectos, Carlos Miranda, comentó que «la Adminsitración debe ser firme» aunque al mismo tiemo también afirmó que «es razonable que sea flexible». Eso sí, también asegura que eso no quita con que no se pongan sanciones. «Debe haberlas porque es la única manera de que las cosas sean obligatorias». Es más recuerda, que en muchos casos lo que se trata es de evitar un problema de seguridad.
El Ayuntamiento tiene abiertos 388 procedimientos sancionadores, de los que 91 son por no haber presentado la ITC y el resto por haberla entregado fuera de plazo.
Respecto al cumplimiento de las ITC de 2014 tampoco ha variado desde enero ya que se ha pasado de las 430 presentadas a 447 (el 85%). No lo han hecho 78.