La histórica compañía de material ferroviario Talgo se encuentra en el ojo del huracán informativo desde hace meses. Más aún si cabe durante las últimas semanas, tras el rechazo del Gobierno a la OPA húngara y la incertidumbre que se ha generado sobre su futuro. Ahora bien, pese a este clima plagado de dudas, la compañía sigue funcionando y al menos en su planta de Rivabellosa pretende sumar a varios trabajadores. Según figura en el portal InfoJobs, la factoría situada en la frontera con Miranda desea incorporar a casi veinte profesionales, bien sea de forma directa o con Randstad como intermediario, de perfiles tan diversos como técnicos de mantenimiento, pintores industriales, enmasilladores o personal para el área logística.
En el comité de esta fábrica, que supera los 700 trabajadores, no esconden su sorpresa ante estas ofertas de empleo y el resto de giros de la firma. Kepa Alcaine, representante de Comisiones Obreras, reconoce que ni siquiera ellos mismos «desde dentro» logran entender «la política que está siguiendo la empresa».En este sentido, describe que en la actualidad la compañía ha dejado «medio parada» una «línea de producción» en Rivabellosa, sin embargo, a la plantilla nadie le ha explicado «por qué» y sus representantes ya comentan que desconocen «a qué juegan» los responsables.
Alcaine reconoce que algunas voces han apuntado que la parada de una línea de producción se debe a la «falta de sitio» para guardar todo el material que se va construyendo. Pese a ello, remarca que «no es comprensible» tomar una medida así «cuando hay tanta carga de trabajo». Precisamente, el representante de CCOO explica que durante la última reunión que mantuvo Talgo con los sindicatos, la compañía les trasladó que «no tiene ningún problema para fabricar y que tiene carga de trabajo hasta 2030», pese a que en Comisiones Obreras consideran que ahora mismo necesitan nuevos recursos para cubrir tantos pedidos. Es más, Alcaine añade que la firma les dijo que «tiene capacidad industrial para hacer frente a lo que tiene firmado e incluso más».
Toda esta situación llega en un momento en el que, como dice el miembro de Comisiones Obreras, «el mercado está muy saturado y se prevén más contratos a futuro por el impulso que se va a dar desde Europa al sector». Ese incremento de las inversiones en materia ferroviaria es un hecho, pero no alivia la incertidumbre de la plantilla de Talgo. Y es que, según cree Alcaine, «parece» que han «vuelto a la casilla de salida» porque no saben «nada», se han topado con «un secretismo total» y «está todo parado». Pero no solo por parte de la empresa, sino también de las administraciones, ya que tampoco tienen noticias «del Gobierno, ni del Gobierno Vasco, que parecía que iba a implicarse».