Las denuncias se siguen acumulando en el haber del osteópata E.P.J., de 56 años, quien ingresó en prisión provisional sin fianza el pasado 29 de junio, después de que llegara a manos de la Justicia la sexta denuncia por abusos sexuales presentada por una mujer de 58 años, que además conllevaba el agravante de un «acceso carnal». Ahora ya son un total de doce las denunciantes, seis mujeres más de las que DB dio a conocer el pasado 30 de junio, y dos de ellas aseguran haber sufrido un acceso carnal por vía vaginal, que se produce por la introducción de miembros corporales u objetos.

En estos casi cinco meses en que el detenido ha permanecido en la prisión de Burgos, la defensa de E.P.J. ha solicitado dos veces sin éxito su libertad en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Villarcayo y en las dos ocasiones tanto este juzgado como la Audiencia Provincial en apelación han rechazado la puesta en libertad del osteópata. En cualquier caso, si quedara en libertad durante la instrucción del caso  tiene prohibido acudir o residir en Quintana de Valdivielso, donde tenía fijado su domicilio y su gabinete de trabajo desde hacía 7 años, así como acercarse a más de 500 metros o comunicarse con sus víctimas, que en muchos casos cuentan con segundas residencias en diferentes puntos de la comarca, donde el osteópata impartía clases de yoga y contactaba con ellas. La  gravedad de los delitos por los que se le investiga y el riesgo de fuga por su falta de arraigo laboral y familiar son los principales motivos de que continúe en prisión, más aún con la aparición de nuevas víctimas, las dos últimas este otoño.

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