Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


El Rey Juan Carlos contra Revilla

03/04/2025

El Rey Juan Carlos ha presentado una demanda contra Miguel Ángel Revilla. Considera D. Juan Carlos que el expresidente de Cantabria le ha difamado y no ha respetado su derecho al honor.

La reacción de Revilla al conocer la noticia ha sido cuando menos sorprendente: considera "mezquino" que una persona inviolable presente una demanda a una persona de a pie. Es sorprendente porque también Revilla ha tenido ventajas judiciales durante sus años de político activo cuando gozaba de inmunidad como parlamentario y presidente de un gobierno regional.

D. Juan Carlos ha cometido errores, y de hecho ha provocado decepción en multitud de ciudadanos que le tenían en un pedestal por el gran trabajo que hizo en España; abanderó la Transición con el apoyo y el trabajo igualmente elogiable de políticos de muy diferentes ideologías que creyeron en su proyecto y participaron activamente en aquella aventura política.

Que aceptara una donación de un rey saudí no es delito, se producirían grandes sorpresas si se conociera el destino de docenas de donaciones de reyes, jeques y emires árabes. D. Juan Carlos sin embargo no cumplió con lo que exigía la ley: declarar ese dinero y pagar las cantidades que correspondían a efectos fiscales. Lo hizo tarde, pero lo hizo, con las multas correspondientes. Cantidades tan importantes que para la segunda entrega tuvo que pedir ayuda porque no disponía de los fondos necesarios. Muchos de los supuestos leales respondieron que no tenían liquidez. Otros, pocos, le prestaron lo que necesitaba y se hizo con préstamos y cumpliendo todos los requisitos legales.

No tiene D. Juan Carlos causas pendientes con la justicia española, y le ha costado mucho cerrar ese capítulo. Capítulo que le ha cambiado la vida y le impide viajar a España con normalidad. Mucho menos, pensar en su regreso definitivo, como desea.

Su vida privada no ha sido ejemplar, pero mejor no entrar en ese terreno. Al contrario de países que exigen a sus personajes públicos una vida familiar impecable, en España se ha mantenido siempre un respeto a la vida personal de los personajes políticos, siempre que no afectaran a asuntos públicos. Ocurría en tiempos de D. Juan Carlos y ocurre ahora, que nadie se llame a engaño. Y debe seguir siendo así. Más valdría a algunos personajes destacados que no presuman de lo que no pueden presumir.

Revilla tiene tanto derecho, como el que más, a expresar su escasa estima y su decepción por el comportamiento de D. Juan Carlos, pero eso no le debe dar pie para utilizar el insulto y las descalificaciones personales para convertirse en personaje que convierte en éxito de audiencia sus intervenciones en radio y televisión.

Aunque no sea más que por respeto a un ex jefe de Estado al que los españoles le deben mucho. D. Juan Carlos, incluso con sus errores, que los ha cometido, pasará a la historia por su valentía a la hora de convertir una dictadura en una democracia plena, sin derramamiento de sangre ni devastadora confrontación social.