Los pisos en alquiler están casi agotados para Sonorama

L.N. / Aranda
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Los precios por una vivienda de 3 o 4 habitaciones en Aranda oscilan entre 1.500 y 1.800 euros. La última opción para los festivaleros es esperar hasta verano, ya que cada vez más arandinos arriendan su casa habitual

Los festivaleros cada vez reservan el alojamiento con más antelación. - Foto: Valdivielso

Faltan más de cuatro meses para que se celebre una nueva edición de Sonorama Ribera y encontrar alojamiento en Aranda de Duero resulta una misión prácticamente imposible. Si en los hoteles colgaron el cartel de lleno desde el verano pasado (en cuanto acabó el festival de 2023), la situación en apartamentos turísticos y pisos de alquiler es muy similar. La mayoría llevan meses reservados. Así lo constatan en varias inmobiliarias de la capital ribereña, donde advierten de que dar con una vivienda para los días del festival, que tendrá lugar del 7 al 11 de agosto, cuesta horrores. «Todo lo que había para alquilarse podríamos decir que ya está alquilado», asegura Juan Carlos Ubis, gerente de la inmobiliaria Ubis, mientras subraya que en este momento los festivaleros tienen «muy complicado» alojarse en un piso, ya que «no hay prácticamente nada desde enero». De hecho, en su caso cuentan con una lista de espera que contiene más de 40 apuntados. 

En esta misma línea se pronuncia la responsable comercial de Liverso, Isabel Martínez, quien admite que «cuesta muchísimo» encontrar pisos en alquiler para los días del festival porque la capacidad de Aranda es limitada en cuanto a hoteles y viviendas. «Quienes vienen al festival empiezan a solicitar pisos desde que acaba Sonorama, pero esta no es una ciudad de alquiler vacacional», recuerda Martínez.

No obstante, todavía quedaría cierta esperanza para quienes busquen alojamiento. Al menos, como opción de última hora. Y es que según indican desde Liverso, dos semanas antes del festival suelen recibir pisos para arrendar de arandinos que deciden alquilar su vivienda habitual porque esos días se van al pueblo. A ello se suman los contratos que vencen a finales de julio o primeros de agosto y cuyos propietarios deciden ponerlos en renta para Sonorama Ribera y, una vez que termina este evento, vuelven a firmar contratos de larga duración. Sin olvidar que, asimismo, hay particulares que arriendan las habitaciones que tienen libres en su día a día y deciden convivir esa semana con los sonorámicos. 

En lo que respecta a los precios, en las inmobiliarias arandinas indican que los pisos de tres o cuatro habitaciones oscilan entre los 1.500 y los 1.800 euros por los cinco días del festival. Mientras, los de dos dormitorios rondarían los 1.000 o 1.200 euros. «Hay de todo. Algunos de cuatro habitaciones se alquilan por 1.700 euros. Hay apartamentos por 800...», explica Martínez. Estos importes equivaldrían a unos 50-60 euros por noche y persona, mientras que en un hotel la factura suele ser más elevada. 

Por su parte, Ubis indica que aunque da un poco igual el barrio en el que se ubiquen las viviendas, los sonorámicos prefieren «el centro y que los pisos estén amueblados y en buenas condiciones». Es decir, que «lleguen de los conciertos y se encuentren a gusto». 

En los apartamentos turísticos que hay en diversos puntos de la capital ribereña se repite la estampa. «En Aranda no tengo nada», subraya Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que agrupa a casas rurales y apartamentos turísticos en toda la comarca. De hecho, a modo de anécdota, relata que el lunes pasado llamó una persona y «se indignó porque no teníamos sitio». Lo cierto es que casi todo se llena «desde el último Sonorama» con los mismos grupos de amigos o familiares.  Así, un apartamento para cuatro personas y cinco días ronda los 900 euros.  

A vueltas con los taxis. Mientras, las casas rurales en los pueblos no están tan demandadas (al menos por ahora), ya que los asistentes prefieren alojamiento en Aranda para evitar coger el coche y porque, como indican en las inmobiliarias, tampoco hay una flota de taxis tan holgada, lo que complica los desplazamientos.