Diego Ocampo termina de hacer las últimas indicaciones antes de dar por finalizado el entrenamiento del Grupo Ureta Tizona. En los entresijos de El Plantío, en el pasillo de los vestuarios, Lolo Encinas espera sin entrar a la pista para no molestar. Una vez concluida la sesión, el entrenador del San Pablo pisa el parqué y se saluda amistosamente con un viejo conocido del mundo del baloncesto. «¿Estabas castigado o qué?», bromea Ocampo. «No quería interrumpir», contesta Encinas sonriente con un apretón de manos.
Ese ambiente de cordialidad y convivencia amable es el que aspiran a promover los dos técnicos, aunque eso no quita para que la rivalidad en la cancha sea feroz, empezando en el duelo que les enfrentará mañana -21.00 horas- en el Coliseum y que corresponde a las semifinales de la Copa Castilla y León.
Ambos técnicos afrontan el choque con mucha normalidad y pensando en encajar piezas y evitar lesiones más que en el resultado. Al fin y al cabo, no deja de ser un partido de pretemporada y quieren aprovechar este tiempo de preparación para «construir un bloque» de cara a los desafíos que presentará la LEB Oro en la campaña que está por venir.
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