La noticia del asesinato de Valentín López Sanz a manos de su yerno recorrió toda la Ribera como un calambrazo, dejando conmocionados a todos los que le conocían. «Suena a tópico, porque es lo que se dice siempre, pero era un hombre muy agradable y bueno», le califica una de sus vecinas del piso donde residía con su mujer en la avenida Castilla de la capital ribereña aunque, puntualiza, «teníamos relación de portal, poco más».

Valentín había trabajado hasta su jubilación en la planta de Pascual en Aranda de Duero y, entre otras ocupaciones, había sido concejal de la oposición en el Ayuntamiento de La Vid y Barrios, al que pertenece la localidad de Zuzones, donde tenía raíces familiares, al igual que su mujer. «Yo nunca le vi discutir con nadie, era un muy buen hombre, amable, educado..., no sé que puede haber pasado para acabe así, es muy triste», valoraba una vecina de esta localidad cuando se acercaba a ver el despliegue de la Guardia Civil.

Una opinión similar tenían sobre él en el ámbito del Ayuntamiento. Durante los años que formó parte de la oposición municipal, se granjeó fama de defender sus posturas pero siempre con el máximo respeto. «Mira que en los plenos podíamos debatir, incluso discutir, sobre muchos asuntos, pero en la vida le escuché levantar la voz, y mucho menos ponerse violento; ejercía su labor con total respeto hacia todos», recordaba otro edil, en este caso del equipo de gobierno, que aseguraba tener «muy buena relación con él, aunque éramos de partidos opuestos».

Junto al portal número 12 de la calle Benjamín Palencia, donde se produjo el muerte de Valentín, los pocos vecinos que accedían a pararse afirmaban bien que no habían oído nada o bien que no conocían de nada a la víctima. 

Para mostrar la repulsa pública por este asesinato, el Ayuntamiento de Aranda guardará hoy un minuto de silencio a las 12 horas en la Plaza Mayor al que convoca a todos los ciudadanos.