Las cajas de buena calidad donde vienen embalados los dispositivos electrónicos(teléfonos, tabletas, auriculares...) o determinados perfumes suelen acabar en la basura prácticamente sin tocar, quizá tras unos meses relegadas en un cajón. A Luis Mena, que siempre anda buscando y experimentando con nuevos soportes donde exhibir su obra fotográfica, se le ha ocurrido que esas cajas son el marco perfecto para sus imágenes. Unas imágenes que imprime a medida para que puedan encajar dentro.
Las cajas reconvertidas en marcos las presenta con el aspecto original y dos opciones para exhibirlas: con la tapa ajustada sobre la parte interior si se van a colgar en una pared o con la tapa separada en caso de querer colocarlas en una estantería, como se puede ver en las imágenes que acompañan a este texto. «Si lo vas a regalar, lo lógico es entregarlo con la caja cerrada, advertir a tu amigo que en el interior no hay un iPhone, y dejar que se sorprenda al abrirla y encontrar la fotografía dentro. Y luego en casa, que la coloque como prefiera», explica el propio artista.
Con sus amigos deshaciéndose de sus cajas sin remordimientos, Luis Mena ha creado una colección que se va a poder ver en Ojos Rojos, el Festival Internacional de Fotografía Española e Iberoamericana que se celebra en Alicante. Invitado por la organización, va a mostrar medio centenar de ellas a partir del 26 de octubre en la galería Isabel Bilbao de Jávea (avenida Ausiàs March, 9).
Las imágenes que presenta forman parte de su archivo y las ha escogido en función de la caja. «Lo único que les pido a las foto es que encajen. A partir de ahí me vale todo. Lo mismo escojo una imagen de la serie Mundo pequeño que tengo hecha con muñequitos que una fotografía de calle. Si la caja, por ejemplo, es negra selecciono una imagen en blanco y negro de un abuelo o diente de león con las semillas volando. O utilizo una llena de contrastes para un envoltorio de colores vivos. Porque el verdadero hilo conductor es que las fotos encajen», afirma, aunque conociendo a Luis Mena sabemos que eso no es suficiente: ha de encajar todo, desde la perspectiva al discurso, en el que siempre hay hueco para la metáfora visual, el juego, la ironía y la guasa. «Hay una caja de esencia de una marca de perfume que en lugar de colocarla como el resto he dejado que tenga la apertura de un libro, para que se pueda mostrar cerrada y que el espectador tenga que abrirla para observar la foto del interior, que es un cerdo. O en una caja de colores chillones de una marca de calzoncillos lo que encaja son estas mismas prendas de mercadillo falsificadas».
La original obra de Luis Mena se exhibe sobre material reciclado con un papel de algodón de calidad museo y libre de ácido, que asegura que no amarillean. «Además protejo su superficie con un esmalte y las coloco sobre cartón pluma», explica sin olvidar que todo pasa por sus manos: desde la impresión al montaje, con medidas variopintas que han de ajustarse al milímetro. La exposición Todo encaja se podrá visitar hasta el 1 de diciembre.