A Grego Sierra se le saltaban las lágrimas el sábado en el banquillo de La Rosaleda. En el minuto 38 del partido, en una acción defensiva que resolvió con autoridad, se echó la mano a la parte posterior de su pierna izquierda. Los síntomas eran claros, había notado un pinchazo en la zona de los isquiotibiales. Sabía que estaba fuera de combate. Fue sustituido por Zabaco y no pudo evitar el llanto.
En su contrato existe una cláusula en la que su renovación es automática en el caso de jugar 27 partidos. El de ayer era el 26, por lo que el defensor blanquinegro se quedará a las puertas de poder ejecutar ese apartado y que automáticamente le convertiría en burgalesista la próxima campaña.
Sus lágrimas eran de tristeza y rabia y es que solo los problemas físicos han impedido que pueda llegar a esa cifra. Sin embargo, Michu quiere contar con el central para la próxima campaña. Entra en los planes, es uno de los integrantes que la dirección deportiva quiere en el próximo proyecto.
El Burgos ya había señalado que su intención era contar con Grego, independientemente de que llegara a los 27 partidos. Los dirigentes deportivos lo han vuelto a corroborar después de que el jugador haya caído lesionado.
Aún no se conoce el alcance de su lesión, pero es seguro que no podrá estar en el partido ante el Girona. El futbolista ya había expresado su deseo de continuar y si también el club quiere que continúe la situación parece perfecta para que llegue el entendimiento.
Fijo pese al mal inicio. La trayectoria de Grego Sierra como blanquinegro no comenzó con buen pie. En su debut en partido oficial fue expulsado en el minuto 19 de en Butarque en una acción en la que el murciano se equivocó.
Los siguientes encuentros no jugó, primero por la sanción y luego por decisión técnica, aunque el defensor se redimió por todo lo alto. Regresó ante el Mirandés y marcó el gol de la victoria.
Eso le liberó y a partir de ahí se convirtió en una pieza importante en la defensa blanquinegra, independientemente de que Calero apostara por la retaguardia de 4 o de 5. Otra lesión le apartó del equipo en el segundo tercio de la temporada, aunque una vez que se recuperó volvió a entrar en los planes del cuerpo técnico.
Es un jugador contundente en defensa y con experiencia en la categoría. También ha aportado su granito de arena en el apartado ofensivo. Ha logrado tres goles, todos ellos en jugadas de estrategia. Consiguió la diana decisiva ante el Mirandés, marcó ante el Lugo, aunque el equipo acabó empatando, mientras que también hizo contra el Fuenlabrada, el 0-1, y el Burgos acabó ganando 1-2 en el Fernando Torres.
Ha pasado de los 2.000 minutos, participando en 26 encuentros. Es un jugador que tiene un hueco reservado en el próximo proyecto. Todo indica que ambas partes acabarán llegando a un entendimiento.