El futuro no está escrito y nadie sabe si Melgar de Fernamental puede convertirse de nuevo en un escenario habitual para las grandes estrellas de la música. Soñar es gratis. El largometraje sobre la discoteca Las Vegas 2, además de tener como objetivo resonar con fuerza y dar a conocer esa gran cultura que existía, pretende que todo lo que se consiga pueda revertir de alguna forma en el futuro del pueblo y de sus vecinos.

«Queremos que el potencial no solo se quede en el documental y que todo esto genere algo a futuro, sólido y permanente», explica Javier Castro, director del largometraje. «Nos hemos reunido varias veces con los chicos de Sad Hill y creen que tenemos algo incluso mejor como es tener el espacio aquí, además dentro del pueblo. Son un espejo y quiero mirarme en ellos», expone, ya que aspira a que todo lo que se consiga con la película revierta en el pueblo y en la comarca. Ese sueño de que la historia continúe parece que está más cerca de volver de un modo u otro. «Quiero que esto quede para siempre», dice el director del proyecto.

En el proyecto de articular todo el aspecto turístico relacionado con la sala de fiestas está previsto comenzar a trabajar el próximo año y quiere ir de la mano de sus colegas de Sad Hill, que también les han apoyado económicamente. Entre las ideas que maneja está el realizar un museo con toda la documentación que poseen y también crear una fundación o un canal legal para poder desarrollar conciertos, charlas, actividades... «Se pueden hacer mil cosas y desde el Ayuntamiento de Melgar también están interesados, hay que vender lo que tenemos de auténticos y lo que interesa es que se quede todo aquí», comenta. Todo está en mente, pero ahora toca ir paso a paso.

Entre las instituciones que menciona que les han ayudado durante todo este tiempo se encuentran el Ayuntamiento de Melgar, el Ayuntamiento de Villadiego -este pendiente de pagar-, la Diputación de Burgos, la Fundación Gutiérrez Manrique, la Fundación Caja de Burgos, la Fundación Sad Hill, la Burgos Film Commission y el supermercado Lupa -que ahora ocupa el espacio de Las Vegas 2-.