La industria de la automoción vive momentos de máxima incertidumbre y se prepara para echar el freno a su actividad desde este noviembre hasta casi febrero de 2025. El escenario que se abre preocupa, paralizará o ralentizará la actividad de varias empresas de componentes que operan en Burgos, y los sindicatos no descartan que en las próximas semanas se conozcan nuevas suspensiones temporales de empleo (ERTE)e incluso la eliminación de parte de las plantillas subcontratadas, que suman varias cientos de trabajadores.
La alarma lleva sonando varios meses, pues desde antes del verano se van conociendo la aprobación de ERTE preventivos ante un escenario de menos actividad a finales de año. Alemania, la cuna de grandes grupos industriales del auto, arrastra graves problemas; China sigue llenando Europa con sus coches, que cada vez se venden más, y continúan agravándose los problemas en la complejísima transición del coche de combustión al eléctrico, cuyas ventas se estancan o, simplemente, retroceden.
En los últimos días se han conocido los planes de dos fabricantes estratégicos para la industria burgalesa y se confirma aún más el problema. Mercedes, en Vitoria, dejará de producir entre el 19 de diciembre y el 13 de enero, y Volkswagen, en Navarra, hará lo propio entre el 19 de diciembre y el 23 de enero.
Son paros excepcionales que van más allá de las vacaciones navideñas y que no solo responden a cambios en los modelos que fabrican y su sustitución por los eléctricos, sino a la bajada de la producción.
Miguel Ángel Benavente, presidente de FAE y empresario de la automoción, avisa de que los planes de fabricación llevan a la baja desde hace bastante tiempo y anticipan lo que ocurrirá en los próximos meses. Básicamente, el mercado del automóvil no está funcionando, la transición al eléctrico se ha congelado y sobre los fabricantes pesa una normativa de emisiones que penaliza la fabricación de vehículos de combustión, que son hegemónicos todavía en los concesionarios.
«El eléctrico no es atractivo y no hay infraestructuras de recarga suficientes;el precio de los coches se encarece y la gente no compra. Los fabricantes, también los de Burgos, tienen que ajustarse a esta realidad. Los trabajadores también...».
Juan Ignacio Ruiz, de CCOO, teme ajustes extra en las plantas locales, sobre todo por los días de paro que afectan a enero. «Estamos a la espera de ver cómo amortiguan las empresas de Burgos la bajada de actividad -Bridgestone nos ha dado una pauta-, especialmente aquellas que dependan de un solo cliente. Estamos a la expectativa, sobre todo con lo que ocurra a principios de 2025 y a lo largo de todo el año».
A fecha de hoy no hay más ERTE, pero en CCOO y UGTno descartan que haya empresas que sigan los mismos pasos de, entre otras, Bridgestone (que para 31 días), Gonvarri (que suma 20) o Estampaciones Aguirre, que ha pactado paroshasta el próximo abril.
Ramiro Marijuán, de FICA UGT, apunta a los riesgos a los que se expone Lear, por su alta dependencia de Mercedes, para el que fabrican los asientos. «Se suele producir un efecto en cadena, si los grandes paran, sus proveedores también», explica, advirtiendo que la inestabilidad internacional en la que nos encontramos (con el petróleo subiendo) tampoco ayuda a la tranquilidad que necesitan las ventas de automóviles.
(La información completa, en la edición impresa de este domingo o aquí)