Aunque sea famosa por sus incisivos dardos radiofónicos, televisivos y sobre el papel, la periodista Isabel San Sebastián también escribe libros, sobre todo, de novela histórica.
¿A qué momento histórico viajamos con Un reino lejano?
Es una novela de aventuras que cuenta un período de la Historia en Aragón, en Sicilia, en el Mediterráneo y también en el lejano Oriente mongol en el siglo XIII, en la que trato de desmitificar algunos errores históricos de la Edad Media.
La Sexta Cruzada del siglo XIII fue peculiar por ser la única que no obtuvo la bendición del Papa.
Fue una cruzada, no solo sin la bendición de Honorio II, sino que el cruzado mayor, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II, fue excomulgado por negociar con el líder musulmán Al-Kamil.
Le acusaron de traición.
Al Papa no le gustó que negociara con los infieles.
En esa primera parte conocemos a Guillermo, uno de los soldados de aquella cruzada.
Siendo joven, Guillermo quiere impresionar a Gualterio, su padre. En una escaramuza con soldados que él cree que son súbditos del Al-Kamil, se lanza al ataque. En inferioridad numérica, son hechos prisioneros, siendo trasladados primero hasta Oriente Próximo, hacia lo que es ahora Irak, y después, por una serie de peripecias que se plantean en la novela, son vendidos a los mongoles, súbditos del todopoderoso Gengis Khan.
De este modo, nos traslada al corazón del mayor imperio jamás creado y del que no queda ningún resto.
Los mongoles no dejaron nada, muerte a mansalva, ciudades enteras arrasadas, lugares de leyenda de la ruta de la seda destruidos. Pues allí mismo, en esa Mongolia, acaban Guillermo y su padre cautivos durante 20 años.
¿Cómo hacerle frente al miedo en aquel salvaje imperio?
Lo que tienes que tener claro es que nunca vas a aceptar el yugo de la esclavitud. Saber que nunca vas a renunciar a tu concepto de libertad, de dignidad como ser humano libre, ser inteligente y esperar a tener una ocasión real para salir.
Lejos del infierno mongol, la segunda parte del libro lleva hasta Barbastro, en Aragón…
De manera simultánea a ese páramo de violencia están surgiendo en Occidente las urbes, al amparo de fueros que conceden los reyes de Aragón y de Castilla a medida que van conquistando territorio a los musulmanes. Para que la gente quiera instalarse, les ofrecen fueros, fueros de libertad.
Es una época de crisis y, por tanto, de cambios.
Es una época de mucha efervescencia política en plena reconquista. Los reinos cristianos, son muy pujantes y están presionando mucho a los musulmanes en franco declive.
¿Por qué entran en declive los reinos musulmanes?
Porque se han convertido en taifas y cada uno quiere mandar en su pequeño territorio. Están todos desunidos y son débiles. Pero los reinos cristianos, desde la cohesión, van a apoderándose de aquellos territorios. Solo había dos, Aragón y Castilla. No existía Cataluña.
Es un mensaje contundente, cuando desde el Gobierno de Cataluña se lanzan consignas sobre independencia.
Cataluña fue primero parte de la marca de Carlomagno, es decir, fue la frontera del Imperio Franco en la Península Ibérica. Después, se constituyó como un condado durante un breve espacio de tiempo y, enseguida, se fusionó con la Corona de Aragón. Esto ocurrió a finales del siglo XI y principios del siglo XII.
Con la Historia en la mano, ¿cree que quedan desacreditadas las reivindicaciones de Artur Mas?
Yo creo que cada uno puede reivindicar lo que quiera. Pero lo que no se puede hacer es inventar la Historia, porque Cataluña nunca ha sido una nación. Lo más que llegó a ser fue un condado.
Al margen de polémicas, en la tercera parte muestra cómo se configura el mediterráneo bajo bandera española.
Se cuenta cómo fue la proyección mediterránea del Reino de Aragón hacia el Sur: Baleares, Valencia, Alicante y, finalmente, Sicilia. Por eso, cuando se fusiona con Castilla, a través del matrimonio entre Isabel y Fernando, lega al conjunto de España la cultura mediterránea. Éste se proyectará luego hacia el Atlántico y hacia América.