Pompeyo González, el jubilado mirandés que está siendo juzgado por la Audiencia Nacional como presunto autor del envío de cartas explosivas a varias instituciones, se ha declarado este martes "inocente". "Esperamos que se haga Justicia", ha asegurado ante los medios.
El acusado se ha expresado así al término de la segunda sesión de la vista oral, aunque ha descartado responder si es el autor del envío de los sobres. "Responderé a todas las preguntas el jueves", ha añadido. Cabe recordar que su declaración ante el tribunal se producirá ese mismo día, cuando esté previsto que el juicio quede visto para sentencia.
Pompeyo González se enfrenta a una petición de 22 años de cárcel por parte de Fiscalía, que le imputa un delito de terrorismo con resultado de lesiones y un delito de fabricación, tenencia, colocación y empleo de aparatos explosivos, inflamables o incendiarios con finalidad terrorista.
Este martes, el tribunal también ha escuchado a Mykola Velychko, el trabajador de la Embajada de Ucrania que resultó herido por la explosión de uno de los sobres explosivos presuntamente enviados por Pompeyo González. "Si no fuera por un anillo que llevaba me habría quedado sin el dedo. El anillo se quedó desfigurado y por eso lo salvé", ha explicado.
El testigo, que trabajaba como administrador y también se encargaba de la seguridad en la legación, ha indicado que el 30 de noviembre de 2022 recibió un sobre que "contenía una cajita de color blanco".
"Entreabrí un poco la caja, estiré el brazo y lo tiré fuera porque vi unos objetos metálicos sospechosos. Busqué un sitio seguro en el patio al lado de un árbol y ahí fue cuando se produjo la explosión", ha relatado.
Mykola, que reclama una indemnización por los daños sufridos, ha asegurado que lo que le hizo desconfiar fue que en el sobre no aparecía la dirección del remitente. La explosión, ha añadido, también le afectó la "parte frontal de la cabeza" a causa de las astillas de la caja, y le dejó "muy aturdido" durante los primeros instantes.
"Como 5 o 6 petardos". El tribunal también ha podido escuchar la declaración de la persona que entregó el paquete a Mykola: la secretaria del embajador. "Recibí un correo que trajo personal de correos. Contenía un sobre que no tenía ninguna dirección indicada. Puesto que estaba dirigido personalmente al embajador y no contenía dirección, di éste sobre al administrador que estaba en este momento", ha aseverado.
La mujer ha explicado que estaba a unos 3 metros de Mykola cuando él abrió el sobre y le dijo que se apartase. "Vi un poco de humo, pero más que nada lo escuché. Fue bastante fuerte, como 5 o 6 petardos", ha descrito.
Los magistrados, además, también han oído al repartidor que entregó el paquete explosivo en la Embajada ucraniana. El hombre ha explicado que el reparto de ese día se produjo como uno más, por la puerta que siempre le abren para entregar la correspondencia.
El cartero, que ha explicado que ese paquete era de unos 2 o 3 centímetros de grosor, pudo escuchar la detonación cuando continuaba con el reparto en otro edificio colindante. "A unos 50 metros escuché como un petardo grande, y dada la proximidad de la Navidad me dije: ya están tirando petardos", ha apuntado.
"Un paquete que parecía extraño". Quien también ha dado cuenta de otro de los paquetes presuntamente enviados por el acusado ha sido una trabajadora de la empresa aragonesa Instalaza. Ese sobre, sin embargo, no llegó a explotar finalmente.
Mi compañero Ramiro, que es vigilante de seguridad, me avisó de que había llegado un paquete que parecía extraño. Lo inspeccionamos y a mí también me lo pareció. Normalmente se recibe correspondencia de bancos o empresas. Iba dirigido al señor director de Instalaza. No era una carta comercial, llevaba una etiqueta escrita. Lo dejamos en una habitación aislada", ha explicado.
Por su parte, el oficial de seguridad del Centro de Satélites de la Unión Europea ha dado cuenta de la recepción de otro sobre explosivo. El mismo, ha afirmado, "iba dirigido al director" de la institución, Sorin Ducaru.
Las preguntas de la defensa de Pompeyo González a dos peritos especializados en explosivos ha provocado la intervención del presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, que ha reprendido a la letrada.
"La carga explosiva (de las cartas) eran unos 7 gramos, ¿es inferior a un petardo común que se vende para la feria? He mirado en Internet el contenido de un petardo común y está bastante por encima, tiene unos 70 gramos", ha espetado la abogada.
"Vamos a ver, que le pregunte al partido vale, pero que traiga como contraperito algo de Internet no lo había visto nunca y no lo voy a admitir. Haber propuesto a un perito", ha espetado el magistrado, que ha afeado a la letrada que confrontase a los testigos con unos datos extraídos de la red.
Por otro lado, también han declarado los peritos que se encargaron de realizar el cotejo caligráfico de los sobres que fueron dirigidos a la ministra de Defensa, al director de Instalaza y a Presidencia del Gobierno.
Tras el análisis de las imágenes que les fueron remitidas y el estudio de los propios sobres llegaron a la conclusión de que todos ellos habían sido preparados y escritos "por la misma persona".