El abandono de la antigua residencia de estudiantes Peña Amaya no sólo es un reclamo para vándalos o jóvenes que se ocultan en el deteriorado edificio para hacer botellón. También lo es para ladrones dispuestos a llevarse todo lo que tenga valor para luego darle salida en el mercado de segunda mano o de la chatarra. La Policía Local tiene muy vigilado este inmueble de titularidad municipal y gracias a ello el otro día identificó a varios individuos que se estaban llevando las ventanas. Un hombre encabezaba estas labores, pero contó con la ayuda de menores de edad.
Los hechos se produjeron a plena luz del día. Una llamada alertó de que un individuo se encontraba en el interior de las instalaciones abandonadas del Peña Amaya sin que, a priori, contara con autorización para ello. Una patrulla de Protección Ciudadana acudió al lugar y se encontró una furgoneta estacionada en el exterior del complejo que parecía sospechosa.
Los agentes decidieron entrar en el edificio. En la planta baja, encontraron a dos hombres que en ese momento arrancaban parte del mobiliario, concretamente los marcos de las ventanas de aluminio. Al ver dicha escena, solicitaron la presencia de otros policías y procedieron a identificar a ambos sujetos. Uno de ellos, comprobaron, apenas tenía 15 años. Lo curioso es que no compartía ningún parentesco con su acompañante, de 43. El menor explicó a los efectivos del cuerpo municipal que previamente habían alcanzado un acuerdo.
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