El Servicio de Licencias del Ayuntamiento de Burgos ha puesto el punto de mira en la actividad que se desarrolla en el sector de las viviendas de uso turístico. Hasta el punto de que en los últimos meses, según la información a la que ha tenido acceso este periódico, han salido de esta área al menos 23 resoluciones administrativas en las que se «declara el cese de la actividad» a los dueños de estos negocios y en las que, al mismo tiempo, se advierte e informa del «precinto del establecimiento» por incumplimientos en la normativa que está bajo supervisión de la Administración municipal.
En un porcentaje elevado, los incumplimientos se han detectado desde el área de Medio Ambiente y Sanidad, que ha emitido informes desfavorables en materia de ruido. En muchos casos, lo que se advierte a los dueños de estos negocios es que deben presentar un «certificado realizado por una Entidad de Evaluación Acústica acreditada por la ENAC, en el que se justifique un aislamientos acústico a ruido aéreo con los recintos protegidos colindantes».Es decir, con aquellos que se encuentran en la misma planta.
El problema no es que venga únicamente por el hecho de que falte un certificado que no se ha entregado o por una deficiencia que se debe subsanar. Más allá de esa circunstancia, fácil o difícil de corregir según cada caso, en el Ayuntamiento recalcan, para justificar que se adopte una decisión tan drástica como un cierre, es que han transcurrido meses desde que se ha dado un plazo de diez días para resolver «los defectos apreciados» y se han encontrado con la callada por respuesta. De ahí que en Licencias entiendan que no existe otra salida que el «precinto» de un negocio por no cumplir la normativa.
De la misma manera que existen informes desfavorables de Medio Ambiente y Sanidad, también los hay de Arquitectura o del Servicio de Extinción de Incendios. Y también aquí lo que ha sucedido es que los propietarios de los pisos turísticos a los que ahora se les comunica el cese de la actividad han ignorado los requerimientos.
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