El vetusto parque de viviendas burgalés no solo se centra en la nueva construcción para avanzar en su regeneración. La rehabilitación de los edificios juega un papel clave y las ayudas procedentes de Europa se presentan como un impulso fundamental para invitar a las comunidades de vecinos a dar un paso adelante costoso pero 'exigido' por las circunstancias.
Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Burgos y Soria destacan el interés mostrado por el sector y por los propietarios para acudir a las diferentes convocatorias del programa Next Generation. Sin embargo, aunque se considera que esta iniciativa es muy positiva, las distintas tramitaciones realizadas desde el comienzo de la misma se eternizan en el tiempo.
«Eso condiciona a las comunidades porque las limitaciones económicas les obliga a esperar a conocer la subvención aprobada», explica Rodrigo Mateos, presidente del colectivo profesional, quien destaca los casos en los que «se han producido desistimientos por parte de comunidades de propietarios porque, a pesar de haberles sido concedidas las ayudas, no pueden afrontar los incrementos que se están produciendo sobre los costes inicialmente previstos».
La espera de las fincas afectadas alcanza en algunas ocasiones los dos años. Los datos de la Junta de Castilla y León reflejan que hasta el cierre de 2023 solo se habían concedido una de cada tres solicitudes tramitadas desde Burgos en el programa PREE 2020 (62 de 177). La situación aún es más compleja en el caso del PREE 5000, dirigido a municipios de hasta 5.000 habitantes, ya que en este caso se habían concedido una de cada diez solicitudes presentadas (11 de 116).
Esta circunstancia congela las inversiones previstas, ya que sin esa inyección económica muchas comunidades no pueden cubrir los altos presupuestos que exige la rehabilitación integral de un edificio. La capacidad económica marca la pauta de actuación y el tiempo para realizar las obras.
Por eso es tan importante la llegada de esta inyección de fondos europeos, la cual puede suponer hasta el 80% de la inversión requerida (lo habitual es que sufrague entre el 50 y el 60%, en función del grado de eficiencia que se alcance y de otros factores).
Hay comunidades que supeditan los trabajos a ese apoyo económico vital. En este contexto complejo, Mateos destaca el interés de todas las partes por sacar adelante estos proyectos de reforma. Hay comunidades que necesitan hacer cambios y reformas, mientras que desde los despachos se recomienda que se hagan. Así lo muestran los informes de los técnicos y los propietarios de las fincas envejecidas están concienciados de esta necesidad.
Sin embargo, no resulta tan sencillo poner en marcha las obras programadas. Los datos compartidos por la consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León destacan las inversiones aprobadas en Burgos en los primeros años de estas convocatorias del programa Next Generation, pero las ayudas se aprueban a cuentagotas.
La administración regional es la encargada de gestionar y tramitar las cantidades adjudicadas para la rehabilitación edificatoria a través de la mejora de eficiencia energética y de la sostenibilidad en viviendas. Se trata de las mencionadas convocatorias PREE 2020 y PREE 5000, ambas para eficiencia energética en aislamiento de edificios y que al cierre del último ejercicio frisaban los 5 millones de euros.
Demasiado lento. El proceso es farragoso y las resoluciones se producen de forma lenta. Las comunidades se mueven en ese clima de incertidumbre antes de avanzar en los proyectos ideados, los cuales se centran en una rehabilitación integral que además de en las fachadas trabajan en otros aspectos como el aislamiento de tejados, la sustitución de ventanas y la instalación de nuevas calderas.
La implantación hace una década de los Certificados de Eficiencia Energética de Edificios invita a las fincas más antiguas a adaptarse a los nuevos estándares. La modernización y mejora energética de las viviendas no solo supone un ahorro en los consumos y una mayor comodidad para los vecinos que allí residen. También revaloriza los edificios al cumplir con la normativa vigente.
Rodrigo Mateos destaca la necesidad de prolongar en el tiempo este programa de ayudas para 'rejuvenecer' el parque de viviendas de la provincia. «La iniciativa es positiva. Si bien los plazos para solicitarlas finalizaron en diciembre de 2023, ojalá se puedan ampliar para llegar a un mayor número de edificios», apunta.