La enorme demanda de vivienda en comparación con la escasa oferta es un problema que no solo se circunscribe a grandes urbes como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. También es una preocupación para los ciudadanos de ciudades medias como el caso de Burgos, incluso para los que desean establecerse en municipios mucho más pequeños.
En el caso de la comarca de La Demanda, a priori, uno podría esperar que no existe este tipo de quebraderos de cabeza. Sin embargo, tal y como precisaron ayer desde el grupo de acción local Agalsa, la demanda de pisos y casas supera las 250 personas. Así lo aseguró Débora Serrano, miembro de la junta directiva de la entidad y responsable del programa relacionado con la vivienda durante la última jornada de la Demanda Vivienda Feria.
Este evento supuso un foro de encuentro tanto para profesionales del sector inmobiliario como para particulares bajo el marco incomparable del hotel Convento de San Francisco de Santo Domingo de Silos. «La mitad de las solicitudes son para una segunda residencia», explicó Serrano. Y es que el encanto del entorno en el que está enclavado este territorio llama tanto a propios como a extraños, que buscan con ahínco un domicilio en el que poder disfrutar de sus vacaciones o de los fines de semana.
No obstante, la oferta que pueden ofrecer no es suficiente y, en muchos casos, carece de todas las prestaciones que han de cumplirse: aunque algunas casas están listas para entrar a vivir, a otras les hacen falta pequeños arreglos (pintura, suelos...) mientras que otras demandan una rehabilitación algo más profunda.
El inventario de vivienda pública elaborado por Agalsa sobrepasa el centenar de inmuebles, buena parte de ellos propiedad de los ayuntamientos. Para promocionar la captación de más hogares, el grupo de acción local ha llevado a cabo campañas digitales a través de redes sociales o páginas web. «El precio del metro cuadrado es mucho más bajo que en las ciudades y eso es una ventaja muy importante», recordó Serrano. Entre los diferentes perfiles que demandan un piso están tanto los ciudadanos que llegan para teletrabajar, los que vienen con un contrato temporal o estival o los que buscan un espacio para disfrutar de la tranquilidad.