Un derbi es otra historia. Las emociones de se mezclan con el fútbol y las aficiones juegan un papel decisivo a lo largo de la semana. No importa lo hecho hasta entonces ni las dinámicas. En un derbi no hay favoritos, puede pasar cualquier cosa. A veces los tópicos son solo eso; tópicos, pero en el mundo del fútbol hay patrones que se repiten una y otra vez y que acaban dando razón a la sabiduría popular, esa que nace de haber visto innumerables partidos desde la grada, la barra del bar o el sofá de casa. Esa experiencia confirma la volatilidad de los derbis y abre un escenario incierto de cara al partido de pasado mañana en el Mirandés y el Burgos CF. 

La historia reciente coloca como favorito al Mirandés. Lleva sin perder ante el Burgos CF en Anduva desde 2005 y en los dos últimos precedentes como local, ambos en el fútbol profesional, ha salido vencedor. La temporada pasada ganó gracias a la capacidad goleadora de Raúl García (2-1) y la anterior merced a un doblete de Marqués y otro tanto de Camello (3-1). En ambas ocasiones, se vio obligado a remontar.

Otros dos derbis en Segunda B se saldaron con sendos empates (0-0 y 1-1), mientras que un tercero en la Copa Federación acabó con una goleada rojilla ante un rival inoperante (3-0). Un doblete de Rubén Pérez y otro tanto de Herrero cerraron la fiesta local en Anduva. 

Hay que remontarse hasta el 9 de enero de 2005 para recordar una victoria blanquinegra a las orillas del Ebro (0-1). En aquella ocasión, el Burgos CFfue capaz de sacar adelante el encuentro gracias a un tanto de Goiria desde los once metros. «Tengo un gran recuerdo de aquel partido; eran duelos especiales», comentaba el goleador a este periódico hace unos meses.

Esa condición de favorito que le dan los precedentes al Mirandés se agranda aún más si se tiene en cuenta el pobre bagaje blanquinegrofuera de casa. Es el tercer peor visitante con solo 11 puntos de 51 posibles.

Sin embargo, la posición clasificatoria del Burgos CF, la moral con la que llega tras vencer en el último minuto al Racing de Santander y su ilusión por colarse entre los seis primeros cambian por completo la condición favorito. Hace siglos que los pupilos de Jon Pérez Bolo se despreocuparon de la lucha por evitar el descenso y están luchando por meterse en el play off. Esa ambición contrasta con la presión a la que están sometidos los jabatos, obligados a ganar para no caer en la zona roja. 

En definitiva, la historia, las dinámicas, el embrujo de Anduva... muchos factores a tener en cuenta que marcarán el derbi burgalés y que le dejan sin un claro favorito.